El paciente había sido diagnosticado con un cáncer testicular y se sometió a una operación para que se lo extirparan pero los doctores le quitaron el que no era.
Los cirujanos encargados de la operación se dieron cuenta del error tras 40 minutos de intervención e incluso trataron de volver a ponérselo pero fue imposible.
Según el diario británico Metro, que ha dado a conocer el caso, el hospital y el sistema de Sanidad pública británica ya han admitido el error, que califican de lamentable, y han pedido disculpas al paciente.