BBC: Venezuela, un país sin críticas en televisión

BBC: Venezuela, un país sin críticas en televisión

La oposición en Venezuela está molesta con Globovisión, el canal de noticias con el que muchos detractores del gobierno contaban como el último refugio televisivo de las voces críticas contra la llamada revolución bolivariana, publica BBC Mundo.

Carlos Chirinos/BBC

Esas voces parecen estar apagándose, ahora que el canal empezó a adaptarse a la política editorial establecida por sus nuevos propietarios, quienes asumieron el control de Globovisión la semana pasada.





Siguiendo esos nuevos lineamientos, la oposición ya no saldrá en vivo como solía pasar, y como consecuencia, algunos presentadores y programas podrían empezar a desaparecer de la pantalla, como ocurrió este lunes con le emblemático “Buenas Noches”, del periodista Francisco “Kico” Bautista.

El sorpresivo ajuste ha generado un intenso debate en redes sociales y la campaña #GlobovisionYaNoTeVeoMas ha generado la pérdida de entre 200.000 y 300.000 seguidores de la cuenta Twitter del canal en poco más de 72 horas, según conteos de algunos especialistas en comunicación.

Y todo esto justo a seis años de la salida del aire de la que hasta entonces era la televisora venezolana más antigua y de mayor audiencia: Radio Caracas Televisión (RCTV), lo que limitó mucho la capacidad de la oposición de comunicar sus mensajes a los venezolanos.

Ni en vivo ni en directo

Todo empezó la semana pasada, cuando Globovisión, contrario a lo que había sido su costumbre, no presentó al excandidato presidencial opositor y gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, durante eventos públicos que realizó jueves y viernes.

Capriles -quien en abril perdió por 1,5% de lo votos frente al ahora presidente Nicolás Maduro- presentó su queja el domingo en su cuenta Twitter asegurando: “Fui informado que la nueva directiva ordenó que no salga más en vivo” y cuestionando al grupo de inversionistas que compró el canal a su fundador, Guillermo Zuloaga.

Este lunes se produjo la salida del canal de Francisco “Kico” Bautista, conductor y productor del programa de opinión “Buenas Noches”, considerado uno de los mas críticos con el gobierno venezolano.

Bautista presentó en su programa del viernes un resumen de uno de los eventos de Capriles y eso habría motivado su salida del canal, “por contrariar la política editorial”, según explicó el presentador a BBC Mundo.

“La nueva directiva prohibió que los políticos, de gobierno y oposición, fueran al aire en vivo, cuando una de las características de Globovisión era la inmediatez, cubrir los eventos cuando se estaban produciendo”, aseguró Bautista, quien dijo no comprender esa estrategia en un canal de información.

BBC Mundo intentó sin éxito contactar a los nuevos representantes del canal para contrastar las versiones sobre los cambios editoriales.

Hacia el final de la tarde del lunes, el nuevo director del canal, Leopoldo Castillo, presentó un comunicado en el que aseguró que “todo cambio es difícil” y aunque no aclaró si existe una práctica de censura contra políticos opositores, pidió “tener confianza en el canal”.

“Los últimos años las realidades del país demandaron y exigieron de Globovisión otra tarea. Pero la de este momento siento que es diferente” dijo Castillo, quien es también el presentador de “Aló Ciudadano”, el programa estelar de la televisora.

Poco más tarde, en un comunicado colocado en la noche en su página web, la directiva de Globovisión aseguró que “no ha vetado a funcionario o dirigente político alguno en la pantalla de Globovisión. Por el contrario, la política editorial del canal consiste en ampliar su línea de información y de opinión a todas las voces del país, sin discriminación alguna”.

Centro inestable

La nueva directiva anunció una línea editorial “de centro” y la semana pasada se reunió con el presidente Maduro en el palacio de Miraflores, en la primera vez en años que representantes del canal entraban a la sede del poder ejecutivo venezolano.

A la salida, el nuevo presidente del canal, Juan Domingo Cordero, aseguró a los periodistas que Globovisión “seguirá siendo un canal de noticias (…) transmitiendo la noticia, exclusivamente la noticia, diciendo la verdad” y añadió, “Ustedes saben las razones por la cual Globovisión no venía a este palacio, eso no va a volver a pasar”.

 Entre las nuevas estrategias del canal estarían la de abandonar la línea opositora a ultranza y dar cabida a voces oficiales en la programación.

“Ellos hablan de equilibrio, de un canal sin posición política que trate a todos por igual. Y anuncian que va a venir gente del gobierno (…) Pero fue un decisión del presidente Hugo Chávez que no fueran más a Globovisión, porque él le tiró una especie de veto al canal”, aseguró Bautista, cuyo programa estaba al aire desde 2006.

Versiones periodísticas aseguran que algunos de los nuevos propietarios de Globovisión tendrían vínculos con figuras del gobierno y sugieren que detrás la compra hubo una coordinación para arrebatar un importante megáfono a la oposición.

Pero fuentes internas del canal, que mantuvieron el anonimato, aseguraron a BBC Mundo que “no existe vínculo directo ni evidente” entre Cordero o su socio Raúl Gorrín con el gubernamental Partido Socialista Unido de Venezuela.

Válvula de escape

Muchos afirman que los cambios en Globovisión no equilibrarán la oferta informativa en la televisión venezolana y recuerdan que el Estado tiene a su disposición seis canales de señal abierta -aunque con poca audiencia, de acuerdo a los sondeos- en los que difunde su mensaje sin darle espacio a voces de la oposición.

Además, el gobierno recurre casi a diario a las “cadenas”, con las que obliga a la red de radio y televisión del país a sumarse obligatoriamente a la transmisión de la señal pública para difundir mensajes oficiales.

“El gobierno estaba muy preocupado por las ruedas de prensa de Henrique Capriles y prueba de ello es que cada vez que se hacía una de ellas se interrumpía una cadena”, aseguró a BBC Mundo Carlos Correa, director de Espacio Público, una organización no gubernamental que promueve la defensa de la libertad de expresión en Venezuela.

Correa estima que la primera consecuencia de los cambios en Globovisión es una pérdida en la diversidad de la información que se presenta al público.

“Eso significa que el espectro radioeléctrico de Venezuela no tendremos espacios con la intensidad y calidad que ofrecía Globovisión. Tenemos Venevisión y Televen que son canales (privados) generalistas con poco espacio de opinión y asumen la tesis del equilibrio” frente a las seis televisoras públicas que, según Correa, “difunden propaganda”.

Pero para algunos no se trata simplemente del normal derecho del propietario de un canal a definir el estilo de su medio, sino del efecto político y social que puede tener la movida.

“Más allá del despido de un periodista o de los ajustes de un canal por una nueva directiva, este es un tema que afecta la calidad de la democracia venezolana porque vivimos un severa crisis económica, con un gran repunte de la inseguridad y además en el contexto de una crisis de legitimidad del gobierno”, afirmó a BBC Mundo Jesús Torrealba, presentador del hasta ahora identificado como canal opositor.

Torrealba destaca que de acuerdo con los resultados de las últimas elecciones presidenciales, la oposición representa casi la mitad del país y que esa mitad no ha terminado de reconocer el triunfo de Maduro, a la espera de una decisión sobre la impugnación presentada por Capriles al Tribunal Supremo de Justicia.

“Cerrar la válvula de escape que queda al descontento y a la disidencia, como es el carácter crítico de Globovisión, es dar un paso más en el camino de la confrontación”, expresó Torrealba.

“Globoterror”

 

Globovisión nunca ha sido del agrado del gobierno venezolano. “Globoterror” la llamó alguna vez el fallecido presidente Hugo Chávez, quien aseguraba que la televisora deformaba la verdad y promovía una agenda “desestabilizadora”.

 

Varias y onerosas sanciones le impuso la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), en lo que los anteriores dueños vieron como un intento para afectar su capacidad operativa y su independencia editorial.

 

La más reciente se le impuso en octubre de 2011. Casi US$2 millones -equivalente al 7,5% de los ingresos de la planta- “

por el comportamiento editorial y por la forma como abordó los hechos ocurridos en El Rodeo”, la cárcel en la que una prolongada revuelta dejó 19 muertos.

 

Cuando en abril pasado Guillermo Zuloaga confirmó la venta del canal dijo que era “inviable” jurídica y económicamente y que la continuidad de la concesión no podía garantizarse sin un cambio en la dirección.