Casa Blanca reconoce que Siria utilizó armas químicas

Casa Blanca reconoce que Siria utilizó armas químicas

La Casa Blanca reconoció el jueves por primera vez que el régimen sirio ha usado armas químicas durante ataques contra rebeldes que han dejado hasta el momento 150 muertos, y afirmó que esos episodios cambian “la ecuación” del presidente Barack Obama.

Ante esta nueva situación, el gobierno estadounidense proporcionará “apoyo militar” a los rebeldes sirios, aunque no habló todavía de entregarles armas, pero si dijo que aumentará su ayuda no letal, informó Ben Rhodes, consejero adjunto de Seguridad Nacional de Obama.





En este sentido, adelantó que tomará “las decisiones a su debido ritmo”.

“Tras un examen profundo, la comunidad de inteligencia (estadounidense) estima que el régimen de (el presidente Bashar al) Asad ha usado armas químicas, entre ellas gas sarín, a pequeña escala contra la oposición en múltiples ocasiones en lo que va de año”, aseguró Rhodes.

Según el gobierno estadounidense, entre 100 y 150 personas, como mínimo, han fallecido en ataques químicos, precisó el consejero adjunto en un comunicado.

“El presidente ha dicho claramente que el uso de armas químicas, o la transferencia de armas químicas a grupos terroristas, es una línea roja para Estados Unidos”, explicó Rhodes. “El presidente ha afirmado que el recurso a armas químicas cambia su ecuación, y es el caso”.

Presencia en la región

Rhodes aseguró que la cada vez mayor implicación en el conflicto de la milicia libanesa Hezbolá y de Irán, estrecho aliado de Siria, “ha añadido un elemento de urgencia” para pedir a Estados Unidos y sus socios una respuesta más enérgica a lo que está sucediendo.

Debido a esta situación, Washington va a incrementar su presencia en la región, dejando varios cazas F-16 y baterías antimisiles Patriot en Jordania cuando finalicen unos ejercicios conjuntos este mes, dijo a la AFP una fuente militar.

También planea tener ante las costas jordanas una unidad de marines en un barco anfibio, añadió la fuente.

El senador republicano John McCain elogió la decisión de Obama, pero reclamó una vez más la instauración de una zona de exclusión aérea y la entrega de armas pesadas.

“Ya no es el momento de tomar medidas tímidas. Es tiempo de actuar de manera decisiva”, declaró el legislador poco después del anuncio de la Casa Blanca. “Se necesitan armas pesadas capaces de enfrentarse a tanques y se necesitan misiles tierra-aire”, aseguró.

“Lo único que cambiará la ecuación en el campo de batalla es la destrucción de la capacidad aérea (del régimen) y el establecimiento de una zona segura”, insistió.

El presidente del Comité de Inteligencia del Congreso, Mike Rogers, dijo que el Pentágono puede ayudar “a los turcos y a nuestros aliados de la Liga Árabe a crear zonas seguras en Siria desde donde Estados Unidos y nuestros aliados pueden entrenar, armas y equipar a las fuerzas opositoras”.

93.000 muertos

Pese a no contar con el mismo arsenal que las fuerzas leales a Asad, la oposición armada es muy activa y ha conquistado puntos de gran importancia, como el aeropuerto de la capital el jueves, en un extraño ataque con mortero, según informaron medios oficiales sirios.

“Un obús cayó en las inmediaciones del aeropuerto, cerca de la pista, retrasando el aterrizaje de dos aviones provenientes de Latakia (noroeste) y de Kuwait y el despegue de un avión con destino a Bagdad”, afirmó el ministro de Transportes sirio, Mahmud Said, quien atribuyó el ataque a “terroristas”, término que el régimen utiliza para designar a los rebeldes.

La oposición armada también ha conquistado otra posición estratégica del ejército a mitad de camino entre Damasco y Alepo (norte), matando a seis soldados y confiscando armas y municiones.

Desde que comenzó el conflicto sirio en marzo de 2011, más de 93.000 personas han perdido la vida, aseguró la ONU al publicar el jueves su último balance, una cifra similar a la ofrecida por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Entre los fallecidos, al menos 6.500 son niños.

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, denunció los “niveles exorbitadamente elevados” de fallecidos, que aumentan cada mes.

AFP