El “bebé real”, un nuevo filón para los comerciantes

El “bebé real”, un nuevo filón para los comerciantes

Peleles con escudos personalizados, paquetes de galletas en forma de biberón, cuentos sobre “bebés reales”: los comerciantes británicos rivalizan con imaginación para capitalizar el nacimiento del primogénito del príncipe Guillermo y de Catalina.

Hay para todos los gustos y presupuestos, e incluso para republicanos. Poco tiempo después de la hospitalización de Catalina en diciembre por fuertes náuseas ligadas a su embarazo, una diseñadora olió el filón y creó unas “bolsas para vomitar” (4,50 dólares, 3,50 euros) que representan a la pareja con un bebé en brazos.





Era sólo el principio. Al acercarse el nacimiento, previsto a mediados de este mes de julio, los comerciantes dieron una pincelada real a todo, o casi todo, de la comida a los libros, pasando por la música a la ropa, e hicieron acopio de platos y llaveros.

Porque contrariamente a los Juegos Olímpicos, marca registrada, cualquiera puede comercializar productos con la imagen de la familia real.

La ropa de bebé con motivos reales prolifera, evidentemente: pijamas para el “aprendiz de príncipe”, baberos con coronas o sacos de dormir (80 euros, 120 dólares) con un escudo de armas dorado personalizado -un helicóptero y un palo de hockey a modo de guiño a las actividades o aficiones de Guillermo y Catalina.

Si no se encuentra en las tiendas, un libro de costura propone ideas para confeccionar vestidos de bautizo, gorros o calcetines para el futuro heredero.

El lujoso hotel Grosvenor House de Londres concibió por su parte una suite inspirada en la “familia real” y diseñada por la tienda que amuebló la habitación infantil de Guillermo. El precio por noche rondaría las 2.300 libras (3.550 dólares, 2.700 euros) por esta habitación que incluye una cuna con baldaquín.

El color crema de la habitación no es el ideal para los recién nacidos, pero no importa demasiado, porque la limpieza debe estar incluida en el precio.

La empresa de artículos para fiestas de los padres de Catalina no se queda atrás y ha lanzado una nueva colección de platos y vasos de cartón sobre el tema “Soy una princesa”.

El nacimiento del bebé real, al igual que el Jubileo de Diamante de la reina el año pasado y la boda de Guillermo y Catalina en 2011, pueden dar un impulso a la industria en esta época de austeridad.

“Este tipo de acontecimientos contribuye a animar temporalmente a la gente. Va a ayudar a marcas y productos”, opinó Mandy Murphy, portavoz de la asociación británica de comerciantes British Retail Consortium.

El Centre for Retail Research (CRR) estima en 199 millones de libras (297 millones de dólares, 230 millones de euros) los gastos en souvenirs con ocasión de la boda. Para el nacimiento, el CRR espera unos 80 millones de libras de ingresos por compra de juguetes y productos reales, y otros 76 millones en libros y DVD dedicados a la familia real.

Las editoriales publicaron muchas historias para niños sobre princesas embarazadas, los gritos del recién nacido que podrían despertar a la reina e incluso los pañales para las delicadas nalgas de los “bebés reales”.

En previsión de las noche en blanco, se pueden encontrar en las tiendas varios discos de música que permiten calmar a los herederos más gruñones, con música clásica y nanas tradicionales.

Y aunque no hay acontecimiento real sin una taza para celebrarlo, los comerciantes todavía no los han sacado a la espera de saber si es niño o niña, porque la pareja ha decidido mantener el misterio hasta el final.

No querrán repetir el error del empresario chino que se precipitó a fabricar tazas sobre la boda de Guillermo tras el anuncio de su compromiso y, accidentalmente, utilizó una fotografía de su hermano Enrique. AFP