“Cuando desperté mi bebé estaba muerta”

“Cuando desperté mi bebé estaba muerta”

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El malestar se confundía con los dolores que producen los cálculos. Tras haber orinado con sangre se fue de inmediato a la Maternidad Castillo Plaza. Tenía una orden de hospitalización que le dio su ginecólogo ante la pérdida de líquido amniótico. Allí le hicieron exámenes de sangre y un ecograma. Todo estaba “bien”. No había fisuras en el saco gestacional, por lo que la enviaron a su casa a guardar reposo y tomar “agua de coco”. Ese viernes 23 de agosto Patricia Briceño cumplía 25 semanas de embarazo, sin imaginarse que sería la última.

La Verdad/ Yanreyli Piña Viloria

Lejos de aliviarse, el dolor se intensificó entre sábado y domingo. Ya no parecían producto de los cálculos, de los que sufre desde pequeña. A las 7.00 de la mañana del lunes llegó al Hospital Chiquinquirá. Allí le tocó tomar número y aguantar las fuertes punzadas en el vientre y la espalda en una silla de la sala de espera.





Un hombre uniformado de militar, miembro de las milicias que ahora custodian los centros de salud del estado, llevaba el orden en el lugar. “Nos dijo que estaban lavando la sala de parto”, recordó Héctor Quiñones, esposo de la joven de 26 años. Ante la reiterada súplica por entrar se encontraron con la misma respuesta: “Deben esperar su turno”. Tenían el número cuatro.

Seis horas y media después la atendieron. La muchacha que tenía el número tres les cedió su turno. Patricia ya había vomitado y el dolor era insoportable. “Una mujer con nueve meses de embarazo rompió fuente allí en la sala de espera y estaba botando líquido. El militar solo decía que debían esperar y mandó a limpiar el piso”.

No pasaron 15 minutos cuando le dieron el diagnóstico. Había que practicarle una cesárea: tenía contracciones. La primeriza asegura que su bebé estaba viva, la vio moverse en el ecograma, pero estaba en mala posición y con el cordón enredado en el cuello. “Cuando me subieron al pabellón el doctor iba encima de mí, reteniendo con su mano a la bebé, se estaba saliendo”.

Sin insumos

La joven estaba complicada. En el hospital no había incubadora para la bebé ni ambulancia para un inminente traslado de las pacientes. “No me di cuenta de nada porque me durmieron, hasta me intubaron. Cuando me desperté me dijeron que mi bebé estaba muerta”.