Mariana Rondón: Chávez nos sentenció a la guerra

Mariana Rondón: Chávez nos sentenció a la guerra

A un lado, Mariana Rondón, venezolana, directora de tres películas. Al otro lado, Marité Ugás, peruana con carrera desarrollada en Venezuela, y codirectora de la primera película de Rondón y productora de las dos siguientes. Es más, el próximo proyecto del tándem lo dirigirá Ugás y lo producirá Rondón. elpais.com

Ambas, inmensamente felices. Desde Oriana, Cámara de Oro en Cannes para su directora Fina Torres en 1985, nunca el cine venezolano había alcanzado honor tan grande en un festival de serie A. Su Pelo malo es directa, contundente, está protagonizada por un niño de nueve años que quiere alisarse su pelo rizado para la foto de la escuela y esconde un duro retrato de la realidad venezolana, un país que ambas disfrutan, aman y a ambas les duele.





Por ahora, esta Concha de Oro del festival de cine de San Sebastián rema a favor de obra: “Venezuela no había venido a este festival en casi 20 años. Es muy duro hacer cine en mi país, y más aún sacarlo fuera, que lo vean. Estar aquí ya era increíble. Ya existimos. A otros les sonará a una tontería”.

El palmarés premia un momento de ebullición creativa del cine latinoamericano: “Se están haciendo cosas muy distintas, pero se hablan entre sí. Son cinematografías diferentes, aunque empiezan a comunicarse. Se abrió el abanico y empieza a verse el resultado”. En Venezuela el año ha sido duro: se ha pasado de una producción de hasta 20 películas a solo tres o cuatro. Ugás explica: “La media está en doce.

Puede que todavía no se han rodado más este año porque se está esperando a que se acaben las lluvias, un hecho externo a la producción. Lo más importante es que los venezolanos ven sus películas, algo que no ocurre en el resto de Latinoamérica, donde la gente no aprecia el cine de su país.

En Venezuela se ve nuestro cine y el latinoamericano, porque hay una ley antigua que obliga a que las películas nacionales permanezcan al menos dos semanas en la misma sala. Eso ha empujado a la industria a hacer cine de género y no productos artísticos, como nosotros”.

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