Unos 50 militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) reciben formación ideológica desde hace tres semanas en el Instituto de Formación de Cuadros Políticos del Partido Comunista Chino, situado en Pudong, Shanghai, según informó la Embajada de Venezuela en Pekín. El comunicado de la delegación venezolana afirma que el presidente fallecido Hugo Chávez fue el que planteó los cursos ideológicos y los concretó ahora su sucesor, Nicolás Maduro, y Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional.
La nota de la representación diplomática refiere que los activistas del PSUV, que provienen de 19 estados de Venezuela, buscan que “el partido que acompañe a la revolución bolivariana sea capaz de ganar las elecciones pero también tenga fuerza para construir el socialismo con características venezolanas”.
Anteriormente, los activistas chavistas recibían cursos en la Escuela de Formación de Cuadros Políticos en Cuba como los que hizo Maduro cuando era joven. El gobierno no ha aclarado porque ha cambiado de instituto de formación, y ha optado por enviar a sus dirigentes a un país con una lengua tan difícil.
El gobierno venezolano es el que promueve, tramita, organiza y paga está actividad del PSUV. “Partido y gobierno son la misma cosa, una unidad, como sucede en todos los regímenes totalitarios”, dicen los analistas.
La relación con China es la más dinámica de todas las que mantiene Venezuela hasta el punto que le ha entregado muchos campos petroleros y energéticos para su explotación. Venezuela adeuda a China unos 20.000 millones de dólares. La oposición critica a Maduro que haya hipotecado el país a los chinos. Maduro viajó hace un mes a China, buscando un crédito líquido de 5.000 millones de dólares pero los chinos lo condicionaron a la compra de mercancías, lo que aumenta la deuda con Pekín.