Nitu Pérez Osuna: Maduro: “Un show de sangre”

Nitu Pérez Osuna: Maduro: “Un show de sangre”

“La política no es una profesión…ni siquiera una vocación, es una responsabilidad, es un medio de lucha, es un instrumento de acción ennoblecido cuando lo maneja la fe, el ideal, el espíritu de justicia y solidaridad.  Deleznable, cruel, odiosa, repugnante, vomitiva, cuando se utiliza para el logro de intereses mezquinos, para la quiebra de fe, para la sojuzgación de espíritus, para la explotación de pueblos, para la acción anti-hombre, anti-humanidad, anti-patria, anti-Dios”. (JAPED)

Hago mías estas palabras del mejor ser humano que he conocido.  Lo escribió hace  casi 50 años en ocasión de la graduación de bachiller de su hijo mayor.

En este inicio de año triste, dramático con presagios de tempestades, donde el clima nos enfría el cuerpo y los  asesinatos nos hiela la sangre me pregunto reiteradamente ¿qué estamos haciendo para cambiar esta tenebrosa realidad?.





Porque ciertamente, nosotros, el pueblo venezolano que sobrevive a la diaria masacre que enluta a cientos de miles de hogares, no somos responsables de la inseguridad que nos circunda …hasta paralizarnos. Pero, si somos culpables de haber permanecido durante más de una década en la indiferencia.

Nos hemos enrejado, blindado, encarcelado en nuestras casas y habitaciones pensando que así nos salvaremos.  Hemos dejado de salir al caer la tarde. Ya no conciliamos el sueño si un familiar está en la calle en horas nocturnas y elevamos miles de plegarias a todos los santos para que regrese con bien. Se acabaron los besos de despedida y los abrazos de reencuentro en las puertas de las casas. No hay juegos en los parques y en las últimas Navidades se acabaron las patinatas y misas de gallo.  En las calles de nuestros pueblos y ciudades, caminamos apuraditos, con la respiración entrecortada, viendo con recelo para todos lados, abrazando las carteras, escondiendo en nuestra ropa interior la plática ganada con trabajo para que no nos sea arrebatada y junto a ella, la vida. Las carreteras, y autopistas se nos convirtieron en caminos sinuosos, peligrosos que pueden llevarnos a la muerte.

Amigo lector, esto que narro no es la puesta es escena de una película o novela, no es “un show de sangre para desmoralizar a Venezuela” es nuestra cotidianidad.

La muerte de Mónica, su pareja y las heridas a la pequeña Maya tiene que ver con política porque el Estado tiene como primerísima responsabilidad, brindar seguridad a los ciudadanos. 200 mil venezolanos muertos a manos de la violencia en los últimos 15 años confirman que en esa materia la “revolución” está aplazada, raspada y no existe posibilidad de reparación.

Lo que si debemos hacer quienes aún sobrevivimos a esta guerra es poner el miedo de lado, alejar la indiferencia, dejar de esconder la cabeza para no ver la tempestad. Alcemos la frente por nuestros hijos, por ellos animémonos y comprometámonos para el rescate de la democracia venezolana, y esta es una invitación a una hermosa lucha política.

Como escribiera ese ser humano excepcional a quien hice referencia al principio de esta columna: “Para esa lucha no es requisito forzado ser político de cuadros o de organización partidista; la fe, las ideas, la libertad, la justicia son conceptos universales y eternos que se alzan por encima de toda bandería y por ellos siempre hay puesto a la orden del hombre de lucha que no puede contentarse con dejar hacer, que es el reconocimiento de su propia cobardía, de su propia incapacidad y de su pequeñez… Se huye o se lucha. Se es o no se es.”

Con esa firme disposición de ánimo y con una plegaria a Dios luchemos por el rescate de Venezuela que es igual a rescatar a nuestros hijos y a nosotros mismos de la violencia e impunidad.

pereznitu@gmail.com
@nituperez