Juan Guerrero: Infinito idioma

Juan Guerrero: Infinito idioma

thumbnailjuanguerreroEntre el esclavo, el siervo y el obrero asalariado existe una inmensa diferencia, tanto de contenido como de procedimientos en las relaciones que estos han establecido en la sociedad.

Por ello es inobjetable el adelanto que ha experimentado la humanidad en el devenir de los tiempos.

Si nos dedicamos a hurgar sobre las causas que han permitido este adelanto tendríamos que afirmar, obviamente,  la disminución de epidemias y pandemias, el control de las guerras, catástrofes naturales, hambrunas y el fanatismo religioso.





Todas ellas parecieran  estar relacionadas con los bajos niveles educativos, especialmente de Educación Idiomática, según los casos. La garantía primera y última de una vida integral y en paz racional, está siempre vinculada con los procesos educativos para el fortalecimiento de la lengua nacional, en las infinitas maneras de expresión de saberes y producción de conocimiento, y esto se evidencia sobremanera, en aquellas sociedades cuyos estados, que se han fortalecido, buscan elevar los niveles de vida en sus comunidades, a través de la educación, para acceder a mayores y más complejos sistemas de interrelaciones, tanto externas como entre los individuos.

Las creencias y prácticas de vida que se expresan en lenguas disímiles, permiten conocer al hombre en una dimensión humana de mayor complejidad. Esta diversidad de manifestaciones culturales del hombre nos lleva a pensar que lógicamente deben existir expresiones de realidades idiomáticas múltiples, y que en la forma de interactuar, el hombre encuentra en esas diferencias las maneras de resolver esa variedad de existencias en la valoración de la disensión, que es precisamente una expresión de la mente universal del hombre que se ha humanizado, merced a la educación y práctica idiomática.

Por las calles y avenidas del mundo transitan seres  no necesariamente humanizados, quienes marchan hacia adelante por la imitación que hacen de aquellos cientos de miles de millones de anónimos seres que al calor de la vida han accedido ha humanizarse, tanto por experiencias significativas de vida, como por su participación en los procesos educativos que los hacen ser más inteligentes de lo que ya son por naturaleza.

Los días por venir en nuestra sociedad venezolana están marcados por temores e incertidumbres que portamos en nuestra carne, huesos, sangre, sensaciones y percepciones. Ciertamente es así. Pero también es cierto que inevitablemente marchamos hacia destinos con mayores posibilidades de realizaciones.

Porque siempre tenemos la oportunidad de ser diferentes, de cambiar nuestras percepciones, pensamientos y acciones sobre la vida y sus entornos.

Los días grises, premonitorios de cambios violentos en nuestro hacer político y social, todavía tienen su expresión en la práctica de una verbalización de acontecimientos donde la lengua española hablada en Venezuela es lamentablemente la más golpeada, martirizada, acosada, vapuleada y vejada.

Nadie alza la voz para pedir al menos clemencia por semejante agravio al ser lingüístico nacional. Independientemente de las verdades o mentiras que se expresen los contrincantes, elaboran estructuras morfosintácticas medianamente coherentes y mantienen una elemental cohesión discursiva que apenas permite comprender el influjo de lamentaciones, por un lado, y resbaladizas ofensas de parte de quienes agreden, para saber en qué lengua expresan su pobreza idiomática.

Pero inevitablemente marchamos hacia una dimensión mucho más plena y consciente donde el venezolano tendrá finalmente, la posibilidad de expresar su infinito lenguaje de manera consciente, solidario y de riqueza cultural.

camilodeasis@hotmail.com

@camilodeasis