Gobierno ampara con su inacción la depredación de CVG Minerven

Gobierno ampara con su inacción la depredación de CVG Minerven

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Las estructuras metálicas de la mina Sosa Méndez son arrancadas por personas y mineros que se sienten a sus anchas, como en un terreno baldío, así lo publicó Correo del Caroní

Clavel A. Rangel Jiménez / crangel@correodelcaroni.com





Con un equipo oxicorte, dos hombres arrancan láminas de la Planta Perú al mediodía del jueves. Bajo las tolvas de esa estructura cincuentenaria, pilar de la industria aurífera en el país, una decena de mineros ilegales descansan de la improvisada jornada de esa tarde.

En el camino hacia el patio de apilamiento, más de 50 hombres cavan huecos con pico y pala. Barranco abajo, hombres y mujeres organizados en cuadrillas penetran la tierra en busca de oro.

– No me tome fotos que en Ciudad Bolívar yo dije que estaba trabajando en Minerven. ¿Qué va a decir la familia cuando me vea así? Jajaja, dice un hombre de unos 40 años, con botas de plástico, pantalón y camisa pintados de color ladrillo.

Juan es uno de tantos que hace meses llegó al sur en busca de un mejor futuro. Dejó el taller mecánico en el que laboraba en Ciudad Bolívar y ahora se dedica a lo que en la ciudad llaman “trabajo por su cuenta”.

Un pico y unos sacos le bastan para conseguir el sustento diario en una industria cuyo proceso de acarreo, trituración, molienda y fundición fue invadido, desmantelado y sustituido por herramientas artesanales.

Los trabajadores de CVG Minerven calculan que fue hace un año cuando comenzó el proceso de destrucción. La estatal del oro produce por debajo del 30 por ciento de su capacidad instalada, tal como la industria del aluminio y el acero en Venezuela, sólo que a diferencia de esas fábricas estas han sido invadidas -en algunos casos por bandas armadas- y demolidas bajo la mirada indiferente del Estado.

Para los invasores su oficio es sacar fruto de la tierra que el Gobierno no trabaja y que en los pueblos del sur alimenta el 90 por ciento de la economía de la región.

– Yo molí ayer 10 sacos por allí agarrando y ve lo que me dio: 2 puntos, ¿viste? Dos puntos son 400 bolos. ¿Me entendiste ahora? Hay terrenos que pagan una grama (Bs. 2.250), pero hay que buscarlos, hay que buscarlos bien.

Esto uno lo saca así porque bueno… es mejor esto que nada. Es mejor agarrar poquito que estar haciendo nada en la casa -cuenta Edgar, un antiguo vendedor de jugo que hace unos meses decidió dedicarse a la minería- Sosa Méndez está en el suelo. ¿Viste que sólo queda la estructura? (risas). Todas esas empresas están así…

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