Oswaldo Páez-Pumar: Un plagio inmaduro

Oswaldo Páez-Pumar: Un plagio inmaduro

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La influencia de padres y maestros en la forma de comportarse los hijos y discípulos es harto conocida. Desde el modo de andar hasta las posturas que se adoptan en determinadas circunstancias han permitido a quienes los observan, advertir la huella que han dejado en los nuevos actores quienes ejercieron la tarea de educarlos. Igual puede decirse de la influencia que en los escritores dejan las lecturas que nutrieron su intelecto y hasta despertaron la vocación a escribir. Todo ello se inserta dentro de la conformidad de las criaturas con la naturaleza y jamás ni esas conductas ni esos escritos ameritan el calificativo despectivo de plagiario.

Cosa distinta ocurre cuando el hombre se propone imitar, haciéndolo pasar por suyo, lo que otro hace o dice. Su dicho o su acción carecen de la espontaneidad que brota de la naturaleza y se convierten en plagio. Esto es más o menos lo que ha ocurrido con el usurpador y su entrevista con el vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden.





La entrevista privada no impidió que se conociera la petición de Biden abogando por la libertad de LL, ni la evasiva respuesta implícita en el recurso a solicitar respeto para Venezuela, que evidencia la falta de preparación para el encuentro a pesar de haberse gestado por iniciativa nuestra. Le sucedió igual que al difunto cuando en la sede de la asamblea MCM le dijo “expropiar es robar”, se quedó mudo. Debía por lo tanto dar una respuesta para la galería, como las de las cadenas, sin interlocutor por delante que pueda replicar.

Fue esa la primera manifestación del plagio. La segunda fue la repetición de la defensa del terrorismo que Chávez asumió tempranamente en favor del Chacal. La tercera, salir corriendo, huir de la realidad, para ir a parar a Rusia y China, que encuentra paradójicamente como antecedentes a ser plagiados, la rendición en el museo militar y la renuncia ‘la cual aceptó’.

Pero el discurso del usurpador no se limita al plagio hay algo más. Cuando Chávez asumió la defensa del Chacal siempre pudo invocar que se trataba de un compatriota, terrorista pero compatriota. Ahora es la defensa de Oscar López por terrorista; y la confusión entre una condena judicial y un preso del gobierno sin fórmula de juicio, que además reconoce como suyo al afirmar que está dispuesto a canjearlo. Un monumento a la ignorancia que me incita a plagiar a Juan Carlos aunque ya no sea rey “por qué no te callas”.