El Termómetro: Samper es como un tío imprudente

El Termómetro: Samper es como un tío imprudente

ErnestoSamper 640px

 

Samper llegó a sus anchas el viernes para mediar con ínfulas de ecuador de la justicia. Pero nada tardaron en zafarse las costuras de un traje presuntamente tallado por el sastre más impoluto de la imparcialidad





Don Ernesto tiene sangre caribeña. Sí, sí, a su currículo siempre le precede su condición de expresidente de Colombia, pero el hombre es, ante todo, un latino de pura cepa. En su gen corre maratones la actitud de un vivaracho. Avispado, sagaz, perspicaz. Tampoco escapa de ese complejo tan del Caribe de querer hacer una gracia y aterrizar sobre una morisqueta.

Samper llegó a sus anchas el viernes para mediar con ínfulas de ecuador de la justicia. Pero nada tardaron en zafarse las costuras de un traje presuntamente tallado por el sastre más impoluto de la imparcialidad. Su frase de que en Venezuela hay separación de poderes es una joya para exhibir, en vidriera y con custodia las 24 horas, en el museo de los sarcasmos continentales.

El hombre se cuadró con la defensa de un Gobierno amenazado por espías gringos y pillos locales. Pero es idéntico al tío que hay en cada familia sudamericana, ese que cuando pretende “tirárselas” de chévere nomina con su boca a varias candidatas al Top Ten de la imprudencia.

Esa viveza que le resulta natural -por político, por latino- se le revirtió. Que si “dialogo”, que si “defensa de la democracia”, que si las elecciones son “en septiembre”, que si… perdón, ¿qué? ¿Las parlamentarias son en septiembre? Pero si Tibisay no ha… pero si ni Maduro ni la MUD saben la fecha… pero… pero… ¡Ay, don, que se le ha soltado el yoyo de la cuerda!

“Tío” Ernesto hizo honor a esa condición desenfadada de la costa. Le preguntó a la hermana cuántos meses de embarazo teñía, segundos antes de enterarse que estaba “preñada” de los 10 kilos extras que trajo diciembre con sus perniles y hallacas… entrecejo fruncido. Le expresó al primito cuán emocionado estaba por su fiesta del día siguiente, sin saber que la parranda era una sorpresa perfectamente escondida… la quijada abierta a plenitud. Encaramó los codos en la mesa mientras masticaba cual chivo en la gala de etiqueta. La imprudencia en pasta, cocinada a la caribeña.

El secretario de la Unasur ventiló el secreto mejor guardado del Gobierno. Era la fecha del chantaje, la que servía para mantener en vilo a todos los partidos y electores en Venezuela. Ya no más. Se acabó la práctica de revisar encuestas y tomarle el pulso a la política de calle para fijar las parlamentarias. En septiembre habrá elección. Un domingo diferente para saldar la crisis. En el CNE, dicen las fuentes políticas de Caracas, están furiosos. El “tío” Ernesto, con un atrevimiento insólito, sacó a bailar a la más fea de la fiesta.

“Es importante para Unasur, de que las próximas elecciones, previstas para septiembre, lleguen a feliz término. Creemos que es el mejor escenario para que se confronten las diferencias políticas y se diriman las controversias”.

 

Por Gustavo Ocando Alex /  gocando@laverdad.com en el diario La Verdad (Maracaibo)