Difícilmente hay un torneo o competencia que se le resista al karateca -con especialidad en kata- Antonio Díaz. Ya no caben los trofeos en su vitrina y, aun así, los sigue ganando. Una medalla olímpica será lo que difícilmente podrá incluir en su colección personal, esto debido a que la disciplina no ha logrado ingresar al programa olímpico. Pero eso no lo desilusiona.
Dos títulos mundiales y 13 títulos panamericanos, ocho conseguidos de manera consecutiva, el último esta semana en Toronto, Canadá, certifican que no tiene igual en su especialidad, que está fuera de lote, que es un punto y aparte en el deporte venezolano, en el que puede considerársele ya como una digna gloria.
Su constancia, disciplina y pasión por una disciplina en la que lo indujo su padre, le han permitido llegar a brillar con luz propia en el tatami, pero también proyectarse fuera de él, como dirigente y exponente de la organización mundial Inoue-Ha, y ahora como candidato a la vicepresidencia de la Comisión de Atletas, en la misma plancha que encabeza el campeón olímpico Rubén Limardo.
Pero, primero, su última conquista deportiva. Antonio Díaz se presentó al Panamericano de Karate como el favorito en kata y no defraudó.
En su camino al octavo título continental, el mirandino no tuvo contrincante en primera ronda y avanzó sin atenuantes. En su segunda salida se midió al canadiense Toshihide Uchiage y lo derrotó 4-1.
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