Definitivamente existen milagros celestiales y no hay mejor manera, ni momento, para destacarlos que la reciente Semana Santa 2015.
Tal vez creas que somos “blasfemos” al calificar de “milagro celestial” el silencio del primer mandatario nacional de la República Bolivariana de Venezuela durante la Semana Santa 2015. Salvo un “tuit” para condenar la masacre terrorista en Kenya; Nicolás Maduro no apareció en los medios radio eléctricos de nuestro hermoso país.
Nico “The Last” apareció en vivo y directo el pasado 31 de marzo
No crea usted, estimado lector, que el “gamelote oficialista” estuvo ausente… el feriado fue momento propicio para montar la matriz de opinión de que el venezolano es sumamente feliz muy a pesar de que siempre ha sido así. Esta vez hubo un esfuerzo para mostrarlo de esa manera.
La ausencia de “el hombre del bigote” en esta semana sagrada, no detuvo (ni detendrá) los graves problemas que están socavando a NUESTRO país (nuestro en mayúscula porque contrario a VTV es de todos los venezolanos).
La delincuencia desmedida que sigue enlutando a los compatriotas, continúa galopando a ritmo desmedido; unas 33 familias así lo confirman solamente en Caracas durante cuatro días.
Los índices económicos rojos continúan en picada, así como tu sueldo correctamente ganado (al menos que seas un bachaquerito)
Seguimos sumamente estancados, sin que se pueda visualizar luz, mientras el ausente “hombre del bigote” continúa otra “guerra” ficticia, además de la económica que ya ni se menciona, contra el negro Barack recolectando firmas chimbas para salvar a siete funcionarios que los Estados Unidos considera violadores de Derechos Humanos (no al país, sea serio en entender esto… no sea Ricardito… ni Henri).
¿Gamelote? En Venezuela, el modismo se utiliza para expresar cuando se dice algo que es irrelevante o de relleno sin importancia.
Unos cinco días sin que los periodistas tuvieran que escucharlo… unos cinco días sin anuncios relevantes… unos cinco días en que nos siguen matando… unos cinco días en que todos nos seguimos empobreciento. Unos cinco días sin Maduro.