Noel Alvarez: El BCV guarda silencio ante la crisis

Noel Alvarez: El BCV guarda silencio ante la crisis

Noel Álvarez, expresidente de Fedecámaras / La Razón
Noel Álvarez, expresidente de Fedecámaras / La Razón

 

A juicio del dirigente empresarial Noel Álvarez, en Venezuela padecemos de una gran inequidad, partiendo del hecho de que todos los venezolanos estamos comprando a precios internacionales, pero estamos ganando a precios nacionales. El expresidente de Fedecámaras advierte que nuestra economía no sólo está dolarizada, puesto que el precio de referencia que se toma es el dólar paralelo, sino que lo que falta es dolarizar los salarios, a los fines de acabar con la asimetría

Por Enrique Meléndez para el semanario La Razón

Según el economista Ronald Balza, en otros tiempos el dólar paralelo se calculaba dividiendo la liquidez monetaria entre las reservas internacionales, pero como ahora el contrabando de gasolina y de otros productos, sobre todo hacia Colombia, que se compran en bolívares, se venden en pesos y, luego, esos pesos se llevan a dólares, ha conllevado a que el precio del paralelo lo fijen las casas de cambio de Cúcuta. ¿Qué piensa usted?

El gobierno ha perdido la facultad de fijar el precio de la divisa, de salvaguardar el valor de la moneda nacional, que es lo que se busca con esto de la política monetaria. Una atribución que nosotros no sabemos quién la está manejando. Si bien tenemos críticas profundas con respecto al manejo de las políticas por parte del gobierno, uno nunca sabe a ciencia cierta qué es lo que se maneja.

Hay mucha opacidad en la política informativa del gobierno. Siempre toman automáticamente las decisiones y nunca se les explica a los ciudadanos por qué se toman. Aunque hoy en día estamos en un caos, y la prueba está en que los delincuentes están mejor armados que los policías. Ya se dan el lujo de atacar y emboscar a los agentes policiales. Así también se da el caso de ceder la soberanía alimentaria.

¿Por qué el BCV, si existe, está permitiendo eso? ¿Será que hay intereses oscuros dentro del BCV, que les conviene que eso se maneje así? ¿Quién está manejando y cómo se fija el precio de la divisa? Si tú tienes carretillas de dinero aquí en Venezuela, y llegas y las colocas en la frontera con Colombia de inmediato incrementas el precio de las divisas. Si, además, eres uno de esos funcionarios que pueden obtener las divisas en el BCV a través de las asignaciones oscuras, y que te las entregan a 6,30 bolívares, pero que tú las puedes colocar en el mercado negro. ¡Imagínate la cantidad de negocios que hay aquí por todas partes, obteniendo ganancias extraordinarias!

De modo que lo que yo veo aquí es un circuito perverso, donde se están manejando unos hilos que nosotros no sabemos quienes son. Por eso digo, si hay una organización del gobierno, una organización fundamental y gubernamental, que es la que debiera manejar la política monetaria, como es el BCV, este organismo no guarda sino silencio sepulcral ante lo que está pasando.

No es posible que se dispare en un día el precio del dólar alternativo en 100 ó 130 bolívares, y el gobierno no dice nada. No adopta medidas económicas.

De acuerdo a lo que usted describe, hay una hemorragia de dinero que no se puede curar por el momento, hasta tanto no se cierre el contrabando de la gasolina. ¿No le parece?

No solamente de la gasolina, sino otros productos. Porque el problema arranca por una política equivocada del gobierno, como es la política de los controles. Todo lo está pasando en este instante es consecuencia de políticas erradas. Todas esas colas que uno ve a la puerta de abastos y farmacias se deben al hecho de que la gente anda buscando sus artículos de primera necesidad, porque no los tienen.

Si hubiera confianza en las políticas del gobierno esto no tuviera por qué existir; igual que no debería existir el contrabando de extracción o como se les quiera llamar, si aquí nosotros tuviéramos una economía sana. Si yo ganara a precios internacionales y comprara a precios internacionales no habría ningún problema.

El tema es que hay una inequidad dentro de Venezuela, donde todos los venezolanos estamos comprando a precios internacionales, pero estamos ganando a precios nacionales, y por aquí entramos al tema de la dolarización. Porque el problema, te repito, es que no tenemos confianza en nada, y esto ocasiona el hecho de que lo que se consigue se adquiere, así yo lo tenga en mi casa, y no lo necesite; tomando en cuenta que hemos caído en un círculo perverso.

En consecuencia, ¿usted es de los que piensan que lo mejor por el momento es dolarizar la economía?

El tema no es dolarizar o no dolarizar. Hay quienes opinan y ofrecen muchos argumentos en contra, y viceversa. Ahora, los que opina en contra consideran que no tendría ningún sentido dolarizar, porque la política monetaria pasaría a depender de la de EEUU, y que perderíamos nuestra soberanía, con respecto a nuestra moneda nacional.

Yo lo que creo, para los efectos nacionalistas o de aquellas personas que sufren efectos patrioteros; bueno, hagamos algo como han hecho en otros países, pongamos una moneda fuerte, otro bolívar. Ahora, yo no es que crea que la dolarización sea la panacea del problema. Lo que sí es importante, para resolver, es que si le quitamos la facultad al BCV de que emita dinero inorgánico, sin ningún control, estaríamos mejorando el tema de la inflación.

Porque este flagelo es monetario: la cantidad de bienes y servicios del circuito económico no se corresponde con la cantidad de dinero circulante que tenemos en este momento. Como el gobierno emite mucho dinero, los productos que están en el circuito económico valen más, y yo lo que tengo que corregir es esa asimetría, y como no tengo una pistola, para ponérsela en la frente al gobierno, para que no emita dinero, la única forma que pudiera tener en este momento es, si pudiéramos, dolarizar, para que no pueda imprimir más dinero, ya que no lo puede hacer en dólares.

A ver, quiero que estemos claros: no es la solución, pero puede ser una de las soluciones, ya que le quito al gobierno la facultad de imprimir dinero, y la primera consecuencia que eso trae es que acabo con la inflación. Incluso, para aquellos que no se sienten identificados con EEUU pudiera ser en otra moneda, ya que ese proceso de atar una moneda débil a una moneda fuerte se le llama dolarización en forma genérica

Lo que necesitamos es atarnos a una moneda fuerte, que nos permita que el ciudadano venezolano no pierda la capacidad adquisitiva, y yo les pregunto a las personas que se oponen a la dolarización: ¿díganme cómo resolvemos este problema?

Precisamente, quienes se oponen a la dolarización dicen que se han dado casos, como el de Perú, Brasil, Colombia, que salieron de economías hiperinflacionarias, sin necesidad de acudir a la dolarización. ¿O no?

¿Dónde está la gente responsable que se va a atrever eso en Venezuela? El mecanismo transparente para que eso suceda es algo que tiene que estar a la vista de todos. Cuando yo tengo 20 mil millones de dólares, y cada dólar es el equivalente a un bolívar, yo debo tener 20 mil millones de bolívares en el circulante en la calle. Yo debo tener la garantía que dentro de seis meses debe existir esa misma equivalencia o, si las reservas han bajado a 16 mil millones de dólares, entonces en el circulante en la calle deben haber unos 16 mil millones de bolívares.

¿Yo tengo confianza en esta política económica? Pudiera tenerla, porque el BCV y el mecanismo que utiliza para equilibrar la economía está a la vista. Pero el problema es que hay un enorme descontrol. No se sabe cuánto tenemos de reservas, cuántos bolívares tenemos en la calle y todos los días los bolívares valen menos. ¿Díganme, amigos economistas, cómo resolvemos este problema?

Díganme: ¿cómo atamos el mecanismo de la pérdida adquisitiva de la moneda? Es por esto que yo pienso que uno de los mecanismos más transparentes, que pudiera ser temporal o como fuera, es el tema de la dolarización.

La verdad es que se ha dicho que desde la época de Juan Vicente Gómez se observó una gran disciplina fiscal, hasta 1973, cuando arranca la indisciplina económica. Es decir, en el país hay gente responsable que puede hacer eso. ¿Qué cree usted?

En 1929 el bolívar valía uno dólar. La paridad era uno a uno, y no pasaba nada. ¿Dónde está el problema de que el bolívar valga uno? Esa es una relación. A mí no me importa que el bolívar valga 400 hoy, lo que me importa es que siga costando dentro de seis 400, y por eso es que digo que tenemos que atarnos a una moneda fuerte, porque si no el BCV y el gobierno van a seguir imprimiendo dinero todos los días.

Por cierto, antes de la creación del BCV, los bancos privados imprimían monedas y, además de eso, tenían el control de las reservas de oro y control que va a asumir, precisamente, una vez que se crea el BCV, ya que a los bancos privados les piden que entreguen dicho oro, como les quitan la facultad de imprimir monedas.

Incluso, cuando se crea el BCV, nace como un organismo mixto, es decir, habían unas acciones de su patrimonio en manos de particulares, y esto se mantuvo así hasta el año 1974, cuando se estatiza el BCV. Ahí comienza la gran tragedia. Ahí comienza la indisciplina, cuando se pierde el control, pues es sólo el Estado el que se controla a sí mismo.

Desaparecen los terceros en la composición de la junta directiva. ¿No es así?

Exacto, se trata de algo que no podemos controlar. Un BCV como el que tenemos es ineficiente, y es cooperante. Ahí están los mecanismos de corrupción, es decir, dentro del BCV. ¡Qué sabroso es comprar, y darse uno mismo el vuelto! Si yo juego con el precio de la moneda, y triangulo dinero, ¿qué me importa a mí que la misma esté subiendo? Estoy desangrando al país; pero yo me estoy haciendo rico.

Por lo tanto, si yo manejo la política monetaria, hago lo que me da la gana. Eso es lo que está pasando en el país: se inyecta dinero en una forma indiscriminada. Es más, yo me atrevería a preguntar si les queda papel para imprimir moneda, pues yo creo que no les queda papel.

Así es muy fácil manejar una economía: agarrar una imprenta de donde saco billetes sin respaldo alguno, y los lanzo a la calle.

¿Qué piensa usted de la corriente de opinión que propicia en este momento la repatriación de los capitales mal habidos de venezolanos, y que se encuentran depositados en paraísos fiscales?

Yo lo que tengo entendido es que, debido a todas las restricciones que está poniendo la banca en el exterior, hoy en día mucho de ese dinero está volviendo a Venezuela. Lo están trayendo, y se dice que están comprando empresas, fundando bancos, y haciendo una cantidad de cosas en Venezuela, porque tienen mucho dinero en el exterior.

Yo no creo que todo sea mal habido. Debe haber una parte adquirida en forma legal, y yo no creo que todo el que tiene dinero en el exterior bien habido, lo va a traer al país, tomando en cuenta, además, con la opacidad con la que actúa el gobierno. Hay una palabra que la gente no menciona mucho, pero que la tienen como una espada de Damocles, como es la del “corralito”. Pues bien, la gente siempre anda pendiente.

Yo no traería dinero con unas personas a quienes yo no les tengo confianza, porque pasan por encima de la Constitución y las leyes todos los días. Yo no estaría seguro de traerlo, como tampoco estoy seguro de tener una empresa, y que no me la expropien. Yo lo dejaría allá, y me quedaría sobreviviendo aquí.

No hay forma de la gente traiga el dinero; porque no hay confianza en las políticas.

 


 

Dolarizar los salarios

 

¿Por qué dolarizar los salarios?

Que alguien me explique cómo le resolvemos el problema a los trabajadores. Por eso hablé de dolarizar los salarios, porque para nadie es un secreto que la economía está dolarizada en Venezuela. La economía está dolarizada: lo afirmo, lo aseguro.

Hoy en día tú no puedes comprar nada si previamente no te sacan la cuenta del equivalente en dólares, pues el precio de referencia es el dólar. El tema está en cómo dolarizamos los salarios, cómo protege su salario el que tiene una renta, una pensión. Lo único que quiero preservar es el salario de los que menos tienen.


 

 

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