En Guayana, habitantes tienen dos meses sin consumir carne ni pollo

En Guayana, habitantes tienen dos meses sin consumir carne ni pollo

Foto William Urdaneta/Correo del Caroní
Foto William Urdaneta/Correo del Caroní

Eunice Salazar tiene 52 años y es pensionada. La pensión, equivalente a un salario mínimo de 7.421 bolívares, es el único ingreso de su hogar e insuficiente para cubrir la canasta alimentaria que en Ciudad Guayana supera los 27 mil bolívares según los últimos datos del Centro de Investigaciones de la Universidad Católica Andrés Bello, Guayana.

El repunte que han tenido proteínas como la carne, el pollo y el pescado en estos meses le han impedido seguirlas consumiendo a ella y a su familia. “Tenemos dos meses sin consumir ni carne ni pollo. Por los precios no nos alcanza para comprar. Comemos sardina, huevo y mortadela”, comentó.

Asegura que se le pasa de cola en cola para “estirar las lochitas” y conseguir los productos que en la vía a El Pao, en donde reside, escasean. “Vivimos de pura cola y eso es un caos; hoy por ejemplo no pude comprar nada”, afirma, reconociendo que es la primera vez que atraviesa por una situación similar, “solo Dios sabe cómo se va a poner esto”.





Salazar es una muestra de los sacrificios que hace el venezolano para estirar el salario mínimo y subsistir, en un contexto de altos precios y escasez. En Ciudad Guayana, según el último estudio de la UCAB Guayana de la canasta alimentaria, una familia requiere más de cuatro salarios mínimos para cubrir la cesta de alimentos, gasto en el que no se incluyen servicios públicos como agua, luz, educación y transporte.

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