22 razones para beber vino

22 razones para beber vino

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Nos gusta beber. Beber por el mero hecho de beber, como acto civilizado y reivindicativo de lo estético. Beber como derecho, como filosofía vital y como placer cultural (sí, cultural) como celebración y como encuentro. Así que no necesitamos de más razones para hacerlo —lo hacemos porque podemos (y queremos) especialmente hoy, en este día a día de amargados, bien pensantes y cursis. Está mal comer, está mal retozar, está mal follar, está mal beber y está mal vivir…

Aquí van 22 razones (que no necesitamos) para beber más vino. Si cabe:





1) Es sano. Sí, sano. La culpa es del resveratrol.

2) Dos copas de vino al día reducen a la mitad el riesgo de mortalidad. Chúpate esa, runner.

3) Beber no engorda. Porque luego bailas, follas o das cien vueltas alrededor de Juan Bravo en busca de tu coche. ¿Dónde lo aparcaste?

4) El champagne es la bebida alcohólica con menos calorías del mercado. Champagne diet, como bien saben Paris Hilton o Coco Chanel: 69 calorías de nada.

5) Te hace más listo. ¿Has probado a descifrar la etiqueta de un vino alemán? QbA, Beerenauslese, Trockenbeerenauslese…

6) Las copas son bonitas. No me irán a comprar una sensual copa Riedel de vidrio soplado (para Pinot Noir, por ejemplo) con un vaso de tubo…

Las copas son bonitas

Las copas son bonitas

D.R.

7) Los curas beben vino. Vale, esta no es la mejor razón del mundo…

8) Sideways. Tenemos una peli bonita y otra con Marion Cotillard. ¿A quién tenéis los cerveceros? ¿A Fernando Tejero?

Sideways

El vino tiene buen cine

D.R.

9) Bodegas que son museos. A nadie en su sano juicio se le ocurría pasar un fin de semana en Beefeter, Anís del Mono o Mahou. ¿Pero Marqués de Riscal o Chateau Angelus? Ah, eso es otra historia…

10) Hasta las enfermedades le sientan bien al vino. Hablo de la Botrytis cinerea, culpable de crear varios de los mejores vinos del mundo: Chateau d´Yquem en Sauternes, Coteaux du Layon en el Valle del Loira o Tokay en Hungría.

11) ¿Viagra? No, vino tinto. El vino también favorece la actividad sexual: “el sistema de respuesta sexual, tanto la erección del pene en el varón y la lubricación vaginal de la mujer, es una parte del sistema cardiovascular, de manera que si el alcohol y el vino son buenos para el sistema cardiovascular en su conjunto en cantidades moderadas, también pueden ayudar y proteger la práctica sexual“. 

12) El marco de Jerez. No existe una bebida igual en el mundo: por el suelo de albariza, la desembocadura del Guadalquivir, las calles de Sanlúcar de Barrameda y su olor a Manzanillas. Los amontillados, Olorosos, Palo Cortados y Finos que parecen eternos…

13) Tony Soprano bebe vino. Y lo que haga Tony Soprano es lo correcto, siempre. En cualquier situación o contexto.

Gandolfini

Tony Soprano siempre es bien/ D.R.

14) El Padrino también bebe vino. Evidentemente.

15) Brindar. Se brinda con vino, esto lo sabe hasta el Papa (bebedor de vino, también)

16) Armonías gastronómicas. Es que detesto el concepto “maridaje”. Yo, como Pitu Roca, apuesto por armonías. Y es que existe un vino (uno no, cien) para cada plato. ¿Puedes decir eso de alguna otra bebida?

17) Le sienta bien la edad. Como a George Clooney o a las pelis de Claude Sautet, los años en barrica y botella aportan matices e historias al vino.

18) Es el más cool de los antidepresivos. Según Medical News Today, una copa de vino al día reduce el riesgo de padecer depresión. Y olé.

19) Beati hispani, qvibvs vivere bibere est. Es que me encanta la frase: “Dichosos los hispanos, para los que vivir es beber”.

20) Previene el colesterol. ¿Conocen la “paradoja francesa” amigos? ¿No? Pues ya la conocen.

21) Queso. Queso, queso y más queso. Y cuando no puedas ni quieras más: queso. Algo que se bebe junto al queso no puede ser malo.

22) Es sexy. Esto es así.