Venezuela busca en OEA reconocimiento a Petrocaribe en su décimo aniversario

Venezuela busca en OEA reconocimiento a Petrocaribe en su décimo aniversario

Foto: AVN
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La misión de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA) busca el reconocimiento continental a Petrocaribe, una iniciativa impulsada hace diez años por esa nación para suministrar combustibles a los países miembros con condiciones ventajosas de pago.

EFE

“Es un acuerdo muy novedoso de integración, que ha sido o poco conocido, o criticado sin conocerse, o criminalizado por algunos. La idea que tenemos es que se reconozca la importancia de estos mecanismos de integración”, dijo hoy el embajador de Venezuela ante la OEA, Bernardo Álvarez, en declaraciones a periodistas.





El diplomático venezolano, que ostenta hasta final de año la presidencia rotatoria del Consejo Permanente de la OEA, presentó hoy en la sede del organismo en Washington la exposición “Poetas del Caribe”, que se enmarca en las celebraciones del décimo aniversario de Petrocaribe impulsadas por Venezuela.

“La idea es traer a la OEA la experiencia de Petrocaribe como mecanismo de integración. La OEA, habría que preguntarle si quiere, podría apoyar algunos de los programas de cooperación energética que se tienen”, explicó Álvarez.

Petrocaribe celebró en septiembre pasado en Jamaica su décimo aniversario, una efeméride que llega cuando existe el temor a que Venezuela no pueda mantener este programa por mucho tiempo debido a la caída del precio del crudo y de sus problemas económicos, con escasez de productos básicos y altos índices de inflación.

Formado por 19 países de la región, Petrocaribe fue creado en 2005 por el fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez con el objetivo de suministrar combustibles a los países miembros en condiciones ventajosas de pago, como créditos blandos y bajos tipos de interés.

“Estamos hablando de cosas concretas, de nuevos mecanismos de integración que representan a la nueva América Latina. En 10 años han surgido muchos de estos mecanismos, que son más propios de América Latina y el Caribe (que la OEA), más ágiles, y responden a otras necesidades y otro momento”, defendió hoy el embajador de Venezuela ante el organismo, con sede en Washington.

Álvarez se refería así al surgimiento de la Alianza Bolivariana (ALBA), de Petrocaribe, de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en los últimos once años.

La OEA se ha visto obligada a examinar su nuevo papel en el marco de estas alianzas regionales en ascenso, con el reto de disipar los recelos que sigue despertando en muchos países del continente, entre ellos Venezuela.

Venezuela es uno de los países más críticos con el organismo, al que acusa de estar y haber estado siempre a la orden de EE.UU., el país que aporta alrededor de un 60 por ciento del presupuesto de un ente formado por 33 países más.

“A ver si la OEA se anima a aliarse con nosotros en alguno de esos programas, porque aquí (en la OEA) uno ve programas sociales pero son muy pequeños, los del ALBA y Petrocaribe han sido masivos, y en la OEA están dos de los países más ricos del mundo (EE.UU. y Canadá) y América Latina, que tiene recursos”, comentó Álvarez.

El embajador venezolano, que se incorporó a su cargo el 30 de octubre, defendió que Petrocaribe siempre ha ido “más allá” del combustible y ha proporcionado “4.000 millones de dólares en programas sociales”.

“Si no hubiera existido Petrocaribe quizás habría habido una crisis humanitaria”, afirmó.

La canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, comparecerá el próximo 18 de noviembre en un Consejo Permanente Extraordinario de la OEA convocado para explicar la experiencia de Petrocaribe, según confirmaron a Efe fuentes de la misión del país caribeño ante el organismo.

El embajador Bernardo Álvarez llega a la OEA cinco años después de haber sido expulsado de Estados Unidos cuando ejercía como jefe de la misión diplomática de Venezuela en Washington.

Estados Unidos y Venezuela no tienen embajadores desde 2010, cuando el Gobierno de Chávez rechazó la designación de Larry Palmer como nuevo jefe de la misión diplomática estadounidense en Caracas.

En respuesta, Estados Unidos revocó entonces el visado al embajador Álvarez.