El presidente Nicolás Maduro no sólo ha demostrado ineficiencia, ineptitud y falta de coraje para el cargo en el cual lo impusieron, sino que desde el pasado 6 de diciembre con el triunfo avasallante de la unidad democrática y del pueblo venezolano que dijo basta de demagogia y votó por un cambio, ha entrado en un desacato de la Constitución Nacional y a la legalidad del país, todo por no querer aceptar la voluntad de miles de hombres y mujeres que se pronunciaron en contra de sus políticas erradas y desfasadas. Maduro insiste en desconocer las facultades para legislar de la Asamblea Nacional y pretende ultrajar este parlamento, colocando por encima al Tribunal Supremo de Justicia, conformado por magistrados que pertenecen a la nómina del PSUV y que carecen de ética e integridad.
Nicolás Maduro y la camarilla roja del oficialismo, están convirtiendo a Venezuela en un estado forajido, manejado por una especie de bandos y mafias, que se disputan el poder sin importarles la ilegalidad de sus actos; pues bien, debo recordarle al Presidente de la República que es la Asamblea Nacional el poder nacional encargado de legislar en función del bien colectivo en materia social, económica, de desarrollo tecnológico, de salud y de garantizar el respeto a los derechos humanos de nuestra gente. Así que usted no es quien, para desconocer a los diputados y diputadas que hoy integran la nueva Asamblea Nacional, porque ellos no participaron en una rifa para llegar al parlamento, ellos son la voz y la representación de un pueblo que los eligió para hoy ser mayoría.
Zapatero a su zapato señor Maduro, usted no tiene porque involucrar al Tribunal Supremo de Justicia en asuntos que no son de su injerencia, porque así como ustedes hacen un show criticando la posición de diversos países del mundo con respecto a la peor crisis jamás vivida en nuestro país, y se jacta de decir que no aceptarán la injerencia extranjera, déjeme decirle que usted hace lo mismo, al pretender que los magistrados electos entre gallos a media noche, sean los que legislen en nuestro país, cuando su función es impartir justicia y que se respete el estado de derecho, hoy por cierto inexistente.
La primera falta grave, la cual podríamos catalogar como traición al pueblo venezolano, especialmente al pueblo amazonense, fue desconocer la legitimidad de sus diputados electos por un glorioso pueblo que está cansado de tantas vejaciones y humillaciones por parte de la seudo revolución; en segundo lugar, cuando la Asamblea Nacional le negó con mayoría calificada el Decreto de Emergencia Económica presentada desde su despacho, por carecer de credibilidad y de mecanismo para paliar la grave situación que hoy enfrentamos, usted acudió a ese tribunal de inquisición para que le aplaudieran el fraude presentado a la nación, y que pasaran por encima del cuerpo legislador para darle validez.
No obstante, no crea usted que este pueblo sabio no se da cuenta de todas esas improvisaciones e intrigas políticas que usted teje desde las filas oficialistas para terminar de hundir a nuestro país. Este es un pueblo que quiere respuesta a sus problemas, que quiere comida, que quiere medicinas, que quiere paz y reconciliación, y usted lo que les ofrece a cambio es pura paja y demagogia, y eso no llena los estómagos de la gente que roncan de hambre por culpa de sus miserias políticas, de la corrupción y de su ineptitud.
Más recientemente, ha anunciado en cadena nacional que no va a apoyar ninguna ley social que se proponga desde la bancada de la unidad, que lo único que persiguen es reivindicar a un pueblo maltratado por una revolución de salón, que sólo ha servido para robustecer económicamente a los altos jerarcas de su gobierno. Le digo que era justo y necesario la aprobación de una Ley de Amnistía y reconciliación, porque resulta lamentable y traumático que por culpa de la irracionalidad de personas como usted, inocentes tengan que estar presos sólo por pensar distinto. También le afirmo que la Ley de Propiedad para los beneficiarios de la Misión Vivienda, no sólo fue una promesa electoral, sino un compromiso con nuestro pueblo para que nunca más sufran las vejaciones y los chantajes de un gobierno que pone en jaque el bien más preciado para una persona como lo es su techo. Otra deuda moral que se tenía con nuestros pensionados y jubilados era la aprobación de una ley de Bono para Alimentos y Medicinas para nuestra gente de la tercera edad, uno de los sectores más maltratados y humillados por su gobierno y a quienes expone a diario a largas colas y a dejar lo poco que les queda de vida en una situación de indefensión frente al caos que vivimos.
Sepa usted Maduro que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, no siga tentando la capacidad de aguante de este pueblo, que cada día está más iracundo por sus burlas y maniobras politiqueras que en nada resuelven la situación. Aquí estamos claros, la única alternativa de cambio posible es la salida de Nicolás Maduro de la presidencia de la República, y es por ello que desde el seno de nuestro partido Acción Democrática, desde nuestros hombres y mujeres que conformamos esta gran familia, invitamos a los venezolanos a una gran cruzada histórica para impulsar la salida de Maduro y con ella el cese de un modelo político fracasado y contaminado.
Los venezolanos iremos a esta batalla a vencer o morir por nuestro pueblo, nadie dijo que era fácil, pero tenemos un compromiso de cambio con el país y con su historia y tengan por seguro que esta batalla la daremos y la libraremos para devolverle a Venezuela, la paz, la reconciliación y el progreso que nos merecemos. Adelante a luchar, no tenemos miedo, somos un ejército de hombres y mujeres dispuestos a darlo todo por nuestra Venezuela.
Bernabé Gutiérrez
Secretario Nacional de Organización
Acción Democrática
@adbernabe