Manuel R. Egaña: 5 pasos de acabar con las PYMES

Manuel R. Egaña: 5 pasos de acabar con las PYMES

thumbnailManuelREgañaSegún el reporte Doing Business 2016 del Banco Mundial, Venezuela ocupa el puesto 186 de 189. Lo que quiere decir que sólo hay 3 países en el mundo en donde es peor hacer negocios que en Venezuela (Libia, Eritrea y Sudán del Sur). El ranking de Venezuela es inclusive peor que el de Iraq (161), Siria (175) y Afganistán (177). Mientras que el resto de América Latina se dio cuenta hace tiempo de que la mejor manera de crear una economía fuerte y estable es a través de la promoción y fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas, en Venezuela el gobierno le hace imposible la vida a este sector. El gobierno que dice proteger a los pequeños y medianos empresarios ha aplicado estos 5 pasos para acabar con las PYMES:

1. Los eternos registros:

La mejor manera de acabar con las PYMES es evitar que se creen en primer lugar. Para un pequeño empresario que no cuenta con mucho capital, hacer el registro de su empresa lo más rápido posible es esencial ya que mientras que no haya registrado la compañía, la persona no tendrá ganancias y perderá oportunidades. Como dicen por ahí: “el tiempo es dinero”.





En Venezuela, el tiempo promedio para la creación de una empresa es de 144 días (antes de que los registros trabajaran sólo dos días a la semana) y 17 procedimientos. En comparación, Chile tiene un tiempo promedio de 5.5 días y sólo 7 procedimientos.

2. Control de precios:

Otra manera de acabar con las PYMES es haciendo que sus negocios no den ganancias. Nadie puede mantener una empresa que está constantemente dando pérdidas. Si producir algo me cuesta 1000 bolívares y el gobierno me obliga a venderlo a 30 bolívares, entonces no lo voy a producir. Sólo eliminando la producción de aquellos productos que den pérdidas, habrá capital para producir los demás bienes y se podrá evitar cerrar la empresa.

3. No poder despedir personal:

Cuando las leyes de trabajo hacen que sea prácticamente imposible despedir a un trabajador, pasan principalmente dos cosas. La primera, es que a los empresarios les da miedo contratar personal y, por lo tanto, aumenta el desempleo. Cuando un despido se vuelve tan complicado como un divorcio, entonces las contrataciones se vuelven tan difíciles como un matrimonio. Segundo, baja la productividad. ¿Por qué un trabajador va a dar el máximo cuando otro que apenas cumple con lo mínimo que requiere la ley sigue cobrando el mismo sueldo que él?

4. Falta de estabilidad en los procesos:

En Venezuela, es casi imposible estar al día de todo lo que dicen y deciden los cuatro millones de ministros que hay en el país. Los pasos que hay que seguir para importar, exportar, producir o distribuir alimentos varían casi a diario. Cada vez que el Presidente está de mal humor, da una cadena y cambia todas las reglas del juego. Esto hace que sea imposible crear estrategias de negocios a mediano o largo plazo.

5. Control de cambio y monopolios del gobierno:

Para muchos productores es imposible conseguir la materia prima que necesitan en el país. Por lo tanto, es necesario importarla. Para importar, las PYMES requieren divisas ya que, el mejor chiste que uno le puede hacer a un proveedor internacional es ofrecerle bolívares.

Aún peor son los casos de los monopolios del Estado. Por ejemplo, si un empresario necesita algún producto metalúrgico para su producción, depende únicamente de SIDOR (la cual está completamente paralizada desde hace meses). Como si fuera poco, aunque el empresario decida “Romper el Cochino” e importar la materia prima con sus propias divisas, el gobierno no le permite importar productos que “compitan” con SIDOR (Régimen Legal 4) y no le queda otra que paralizar la producción.

 

Manuel R. Egaña

Twitter/Instagram: @manuelegana