Robert Carmona-Borjas: Dos reuniones, un objetivo

Robert Carmona-Borjas: Dos reuniones, un objetivo

 

thumbnailRobertCarmonaBorjasEl régimen opresor de Nicolás Maduro se muestra débil tanto en lo interno, con un rechazo de más del 72 por ciento, como fuera en donde tiene cada vez menos apoyo internacional, incluso el de sus tradicionales aliados como Argentina y Brasil con gobiernos más próximos a la oposición democrática.

La crisis en Venezuela ha generado un intenso debate en la región. Es la lucha por la democracia y las libertades lo que está en juego y aunque algunos gobiernos se sientan “comprometidos” con Caracas, la importancia del tema “democracia” deberá prevalecer.





El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos conocerá en los próximos días dos temas relacionados con Venezuela. En primer lugar, la crisis política y la eventual activación de la Carta Democrática Interamericana que como bien se ha dicho no es un instrumento exclusivamente sancionador. En segundo lugar, los gobiernos de la región evaluarían la gestión de Almagro según una resolución que se habría aprobado en la Asamblea General.

En el primer contexto el tema será determinar si ha habido o no una alteración del orden constitucional. Al régimen le costará mucho demostrar lo contrario. La ruptura del orden constitucional se desprende de los hechos y de las declaraciones de los funcionarios del régimen que parecen estar dispuestos a llevar al país a un final poco feliz. Será difícil para los representantes del régimen negar que hay presos políticos, torturados e incomunicados en cárceles políticas y militares. También le será difícil negar que el TSJ adopta sentencias politizadas para anular la gestión y la existencia misma de la Asamblea Nacional. Imposible será rechazar las acusaciones o señalamientos por la discriminación y la persecución sistemática de los derechos de los ciudadanos. Justificar la violaciones de la Constitucional sería simplemente imposible.

Habrá una discusión y se adoptará alguna resolución en la que se insistirá en el diálogo y probablemente más allá, fortalecer el proceso de mediación o de buenos oficios hoy llevado por Zapatero y los otros expresidentes en los que pocos confían, un proceso que no han tenido resultados significativos y eso por las razones que hemos dicho. Un grupo de expresidentes que no genera confianza ni puede reunir imparcialmente a las partes para proponer soluciones justas que permitan salir de la crisis. El respaldo de Samper tampoco garantiza imparcialidad, lo que en definitiva anula la credibilidad y las posibilidades de este esfuerzo.

La otra reunión que la precede, solicitada tácticamente por el régimen venezolano, examinará un tema importante que puede resultar adverso a su posición. Si bien es cierto que el tratamiento del tema distrae la atención, también lo es que este encuentro es una oportunidad para precisar las competencias del Secretario General que están, por lo demás, descritas en la Carta Interamericana y en la Carta de la OEA, pero que los “revolucionarios” criollos niegan tozudamente.

Si el régimen logra cuestionar al Secretario General Almagro y se concluye en que ha actuado más allá de sus facultades, el tratamiento del tema sobre Venezuela sobre la activación de la Carta Democrática podría no llegar a las conclusiones que los demócratas en el país, acompañados de los expresidentes de la región, esperan.

Las cartas están echadas en estas dos reuniones. Habrá decisiones y recomendaciones, a lo mejor no tan convenientes pero en todos los casos será un avance en la lucha hacia la reconquista de la democracia en el país y en la región. Una prueba para los gobiernos que esta vez tendrán que pronunciarse y adoptar posiciones sin ambages.

@CarmonaBorjas