Walt Disney, el creador de un espectáculo único y mágico que perdura

Walt Disney, el creador de un espectáculo único y mágico que perdura

(Foto AFP)
(Foto AFP)

 

Cuando se acaban de cumplir los 50 años de su muerte, el trabajo de Walt Disney perdura en unas maravillosas películas que muestran la complejidad de su mente y de su arte. El legado eterno de un genio, analizado casi reverencialmente en un enorme volumen de Taschen.

Casi 1.500 imágenes y ensayos de expertos como John Lasseter, Russell Merritt o J.B.Kaufman, componen “Los Archivos de Walt Disney: sus películas de animación 1921-1968”, una gigantesca obra en una cuidadísima edición, que realiza un completo recorrido por la carrera de Disney.

“Walt creó un tipo de espectáculo único con el que supo transmitir el carácter mágico y especial del mundo, y en ningún momento dejó de aprender, de cambiar y de aspirar a nuevos horizontes. Esta evolución es algo que siempre me ha fascinado de Walt Disney, y con este libro podemos recordarla del modo más maravilloso posible”.

Estas palabras de Lasseter -responsable de títulos como “Toy Story” o “Cars” y director creativo de Pixar y Disney- son el prólogo de un libro que va desde “Newman’s Laugh-O-grams” (1921), el primer corto realizado por Walt Disney, hasta “The Junggle Book” (1967), el último largometraje en el que participó y que se estrenó después de su muerte.

Como señala el editor del libro, Daniel Kothenschulte, las películas Disney mostraban un “opulento pluralismo estilístico”, reflejo de la apertura de Walt Disney a todos los estilos artísticos y su capacidad para “reconocer la calidad”.

“Esta habilidad para aceptar los mundos artísticos más variados es la clave de la cualidad única de la animación de Disney. La genialidad de Walt le permitió descubrir la genialidad de otros”, asegura Kothenschulte.

Una genialidad que recorre cada centímetro de un libro que saldrá a la venta en enero y que está lleno de preciosas fotografías de Disney desde sus primeros años como dibujante en Kansas, con sus compañeros en la primera etapa de los estudios Disney, en reuniones de trabajo o incluso en un viaje a Lima en 1941, ataviado con poncho y gorro tradicionales de los músicos andinos.

Imágenes de los rodajes, carteles de sus primeros cortos, los diseños originales de Oswald, el conejo que serviría de inspiración para crear a Mickey Mouse o los dibujos a lápiz para diseñar el mundo de Blancanieves recorren las más de 600 páginas del libro.

Junto a explicaciones de Walt Disney sobre sus trabajos, como la que da de su primer largometraje animado, “Snow White and the Seven Dwarfs” (1937), que le proporcionó su primer Óscar, especial, por la innovación del filme.

“Todo el mundo estaba convencido de que nadie aguantaría hasta el final. Pero solo había una manera de salir victoriosos, que fue lanzarse a la piscina e ir a por todas; poner toda la carne en el asador. No podíamos poner en juego el dinero, el talento ni el tiempo”, afirmó.

Material sacado de los archivos de la Walt Disney Company, a los que Kothenschulte tuvo pleno acceso y que le han permitido ilustrar de forma espectacular cada capítulo del libro.

Uno de ellos está dedicado a sus películas sudamericanas, realizadas en pos de la política de buena vecindad impulsada en los años cuarenta por el Gobierno estadounidense de Franklin Delano Roosevelt.

Para realizar “Saludos amigos” y “The Three Caballeros”, Disney y un amplio equipo de colaboradores viajaron a Brasil, Argentina y Chile y el resultado fue una explosión de color y música que se refleja en el libro a través de delicados dibujos a pastel que luego se convertirían en escenas como la del baile del carnaval cubano.

Una edición cuidada hasta en las contratapas con preciosos diseños esquemáticos de los siete enanitos, con los nombres y características detalladas de cada uno de ellos. EFE

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