Griselda Reyes: Problema del transporte no se puede solventar con enfrentamiento entre conductores y usuarios

Griselda Reyes: Problema del transporte no se puede solventar con enfrentamiento entre conductores y usuarios

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No perder el foco, recomendó a conductores y usuarios del transporte público, la ex candidata a la alcaldía de Baruta Griselda Reyes, a propósito de la entrada en vigencia a partir de este lunes, de un nuevo incremento de tarifas no autorizado por el gobierno nacional y mucho menos por las administraciones municipales.

Desde este lunes 19 de febrero, en el área metropolitana de Caracas entró en vigencia un aumento de pasaje de 2 mil bolívares (para las rutas cortas), hasta de 6 mil bolívares en las rutas que cubren el sureste de Caracas y de 8 mil bolívares para el trayecto Caracas – La Guaira. En el casco central de Baruta se escenificó una protesta de habitantes por el monto fijado unilateralmente.





“Tenemos que entender que el problema del transporte público no se puede solventar con un enfrentamiento entre conductores y usuarios. El gran responsable de lo que sucede con el sector transporte es el Estado, encargado de definir políticas públicas en esta materia que permitan dar respuestas a corto, mediano y largo plazo tanto a unos como a otros”, explicó.

La precariedad en la prestación del servicio hace que el problema se convierta en un círculo vicioso. El aumento de tarifas es preciso para que autobuseros accedan a los repuestos necesarios para mantener a tono sus unidades, pero el venezolano que gana salario mínimo, no puede cubrir el pasaje porque experimentamos un proceso hasta ahora desconocido: la hiperinflación.

El Estado, que mantiene un férreo control de cambio desde 2003, no provee las divisas necesarias para que los importadores de autopartes y repuestos puedan adquirir las piezas. A un transportista, por ejemplo, hoy se le hace imposible pagar entre 88 y 100 millones de bolívares por un solo caucho cobrando un pasaje a mil o 2 mil bolívares.

Además, las cooperativas que conformó el gobierno nacional para distribuir cauchos y otros repuestos para las unidades de transporte público, vieron en la actividad un gran negocio y en vez de vender la mercancía a sus socios, la comercializan en el mercado negro a precios especulativos. “Todo control generará una perversión. Donde hay intervenciones excesivas hay corrupción y eso es lo que hay que eliminar porque al final quien termina pagando las consecuencias es el venezolano de a pie que necesita trasladarse a su sitio de trabajo, su centro de estudio o su casa en transporte público”, sugirió Reyes.

Metro y Metrobús fuera de funcionamiento

Desde el año pasado, Reyes ha solicitado al gobierno central rehabilitar las rutas del Metrobús suspendidas a raíz de las protestas que entre abril y agosto de 2017 se escenificaron en Caracas. “Las unidades de Metrobús ayudaban a aligerar el transporte público de Baruta y El Hatillo y era de gran alivio para las personas de la tercera edad, discapacitados y mujeres embarazadas”.

El Metro de Caracas, por otra parte, que no llega al sureste de Caracas pero sí tiene una estación donde confluyen todas las paradas que cubren las rutas hacia esa zona de la capital: Chacaíto, dejó de convertirse en una opción para los citadinos. A diario se reportan fallas técnicas o eléctricas que retrasan la prestación del servicio comercial hasta por seis horas, lo cual obliga a los usuarios a buscar la opción del transporte público urbano o, en última instancia, trasladarse a pie. “Por la crisis económica que estamos viviendo, el parque automotor se ha visto reducido como nunca antes. El Metro y el transporte público son insuficientes ¿Cómo hace la gente que no tiene vehículo propio para movilizarse?”, se preguntó.

Reyes sabe que al venezolano no se le puede exigir que pague 3, 4, 6 u 8 mil bolívares de ida y la misma cantidad de regreso – en algunos casos más porque debe tomar varias unidades –. “Hay una flota importante de autobuses desincorporados por falta de cauchos, baterías y otros repuestos y también se ha incrementado el ausentismo laboral porque muchas personas no tienen manera de llegar a sus puestos de trabajo. Hoy trabajas para comer o para pagar pasaje. Sé de empleados que han renunciado porque todo el ingreso se les iba en pasaje y esas personas tienen familias que mantener”.

Desde hace algunos meses para acá, en Venezuela también se ha experimentado una escasez de efectivo, situación que dificulta transacciones tan elementales como pagar un pasaje de autobús. Los cajeros automáticos de algunos bancos dejaron de dispensar billetes, mientras que por taquilla se limitan los retiros entre 10 y 30 mil bolívares diarios y ello implica invertir por lo menos medio día por cuanto la totalidad de ese monto no es dado en una sola operación.

Finalmente, Reyes hizo un llamado al alcalde de Baruta Darwin González, para que se pronuncie al respecto, pues es competencia de los ayuntamientos autorizar los incrementos de pasaje, así como organizar el transporte público en su jurisdicción. “El alcalde debe llamar a una mesa de trabajo para sentarse con el gobierno central, conductores y usuarios a fin de buscar soluciones prontas a este problema que cada día se agrava más”.

El presidente de la Federación Nacional de Transporte Erick Zuleta, ha dicho que están cansados de los “exhortos” que les hace el gobierno central y del incumplimiento en el suministro de insumos a través de la Misión Transporte; mientras que Luis Alberto Salazar, presidente del Comité de Usuarios de Transporte ha denunciado que 85% del parque automotor en todo el país está paralizado. Los ciudadanos están en desventaja porque se les cercena su derecho a la movilización.

Nota de prensa