La educación en tiempos de Nicolás, por María Auxiliadora Dubuc

La educación en tiempos de Nicolás, por María Auxiliadora Dubuc

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Cada vez se hace más difícil vivir en Venezuela, en términos que aquí definitivamente no se vive, se sobrevive, no existe calidad de vida en ninguna de las áreas de servicios o para cubrir las necesidades básicas de los ciudadanos.

La educación no escapa a esta crisis, de modo que a pesar que nuestra Carta Magna establece la educación como uno de los fines del estado y un deber cuya garantía es responsabilidad ineludible del Gobierno, en Venezuela hoy en día se ha convertido en toda una proeza para padres y representantes cubrir las necesidades de sus hijos en cuanto a estudios se refiere.





Venezuela ya no es un país de oportunidades para nuestros jóvenes, lamentablemente el derecho a la educación pública y gratuita se ha convertido en letra muerta ante esta situación de crisis que padecemos. Las políticas de inclusión social de este régimen, que debían garantizar al pueblo este sagrado derecho se han convertido en sal y agua, prueba que este modelo socialista de supuesta inclusión social ha resultado un rotundo fracaso.

La educación se ha vuelto un dolor de cabeza para los padres que apuestan por una enseñanza privada para sus hijos, en el orden que quienes aún pueden costear un cupo en una institución paga, deben preparar la cartera para también cubrir las necesidades extracurriculares de los menores. Y para aquellos padres que no pueden pagar lo privado, no hay garantía de una educación de calidad en las escuelas públicas.

De esta manera, los padres y representantes padecemos de un enorme situación de estrés, porque cada vez que a Nicolás se le ocurre ajustar sueldos y salarios, aumentos de salario mínimo y de cestaticket, aunado a la tasa inflacionaria, como consecuencia, ajustan los montos de las matriculas y mensualidades escolares de nuestros hijos, esos que producto del esfuerzo y trabajo de sus padres estudian en colegios privados. De modo que estas decisiones de aumento salarial resultan definitivamente “irresponsables” ya que no les permite a los planteles, sincerar su estructura de costos ni enfrentar las limitaciones gubernamentales que les impiden trasladar estos gastos económicos.

Lo más grave es que estos aumentos no solo inciden en la mensualidad, sino además en los precios de los productos que venden en las cantinas, los cuadernos, lápices, libros, hojas de papel, hojas de exámenes, zapatos, uniformes y todo lo escolar.

Los ajustes son desmedidos tanto, que van al ras con la hiperinflación que vivimos, digamos que de 2017 a 2018 estos montos se han elevado en un 300 por ciento, golpeando de manera significativa el bolsillo familiar.

Muchos padres no se quejan a pesar que conscientemente reconocen que los montos son elevados, porque entienden que la economía del país está en el suelo. De manera que este año significa sin lugar a dudas un reto para padres y representantes mantener a sus hijos en las aulas de clases, tras los constantes aumentos gubernamentales, de modo que en tiempos de crisis económica los padres tendrán que sacrificar distintos gastos para poder costear los estudios de sus hijos.

El problema radica en el abuso y descontrol de los ajustes y resulta impactante que estos efectivamente en cumplimiento de la norma, se realicen en supuestas Asambleas Escolares, que de acuerdo a la legalidad, son las instancias únicas que determinan el monto de la matrícula y mensualidades por cada institución educativa registrada en el subsistema de educación básica.

Esta figura educativa determina los precios luego que la directiva de los planteles privados presenta una estructura de costos y gastos, como parte del presupuesto escolar correspondiente. Se establecen, en este sentido, dos parámetros específicos, por un lado, los costos y gastos asociados al currículo escolar vigente y por el otro, los proyectos de inversión relacionados a infraestructura, actividades complementarias, dotación de recursos y personal adicional. Cuando la institución presenta los montos, la asamblea escolar elegirá un comité de 5 padres o representantes, quienes en un lapso no mayor a 10 días hábiles analizarán la información suministrada por la directiva. Acto seguido, realizarán una asamblea extraordinaria y someterán a aprobación el nuevo costo. La directiva no podrá modificar el monto posteriormente, bajo ninguna circunstancia, según la normativa. Incluso, la resolución establece que la matricula o inscripción no podrá superar el monto de una mensualidad y prohíbe el establecimiento de cuotas, bonos, aportes, o cualquier otra denominación en dinero o especie, así como el empleo de figuras o modos, tales como: fundaciones, asociaciones civiles, sociedades mercantiles o cualquier otro mecanismo que pueda significar un aumento del pago. Reza la norma que presuntamente, el plantel que infrinja esta normativa o realice prácticas evasivas, será sancionado por el órgano competente de conformidad con lo dispuesto en la Ley Orgánica de Educación y en el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de la Ley Orgánica de Precios Justos. El Ministerio de Educación advierte, al respecto, que si no se conforma una Asamblea Escolar en alguna institución, será esta cartera la que fije los montos de matrículas y mensualidades.

Sin embargo, la realidad es que estas Asambleas de Padres y Representantes que se realizan efectivamente, pero al presentar los números, ponen a los padres en tres y dos, no hay derecho a pataleo, de modo que, la opción es aceptar el ajuste o el cierre de la institución, en una especie de manipulación maléfica, que aun cuando en oportunidades les asista la razón, es un mecanismo de presión para los padres y representantes, de modo que, ante esta inminente espada de Damocles y a pesar de no contar con la disponibilidad presupuestaria para ello, sin embargo asumen los costos, hipotecándose irremediablemente. Todo sea por los hijos!

En este orden, la Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes (Fenasopadres) informó que existe 70% de morosidad en el pago de las mensualidades por los estudios de los alumnos de colegios privadas. Los representantes que deben estar solventes con sus pagos para que la administración de cada institución pueda cubrir los gastos que genera el sueldo de los docentes y el mantenimiento de las instalaciones no están pagando a tiempo y está prohibido obligarlos a ello, me pregunto: es un tema de conciencia o de crisis general?

Realmente para nadie es un secreto que la hiperinflación nos agobia a todos, pero realmente los montos son razonables? Para muchos planteles la solución ha sido dolarizar las mensualidades, sin atender a un punto medio, sin control del Ministerio, de manera desbocada, un punto medio que beneficie a los docentes, al colegio y a los representantes. De esta manera, hay colegios hoy en día cuya mensualidad alcanza los 4 millones de bolívares por alumno.

Y esta es la situación actual, de acuerdo a lo declarado por la Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas a principios de año cesaron actividades 13 colegios en Caracas, 5 en Maracaibo y 4 en Puerto Ordaz. Esto ocurre en un contexto en el que aumenta el número de niños y jóvenes fuera del sistema escolar: en los 2 últimos años el acceso a la educación entre la población de 3 a 24 años descendió considerablemente.

Pero lo peor no termina allí, resulta además insólito que de acuerdo a información pública oficial, existen instituciones oficiales que también cerraron sus puertas en este orden alrededor de 2.039 de estos planteles desaparecieron. Esto aunado a que la construcción de nuevas escuelas ha sido, más que insuficiente y precaria. Las instituciones que cierran proceden a reubicar a los estudiantes a fin de garantizar que todos tengan un cupo en otra institución, pero el deterioro a nivel de infraestructura y servicios es una mole que se nos viene encima y a este paso, tarde o temprano, tocará a todas y cada una enfrentar un quiebre técnico .

Pero más allá, si bien es cierto lo que ocurre con la educación privada es realmente dramático, colegios y escuelas de enseñanza privada, con décadas de servicio escolar regular y de calidad, están cerrando aulas. Los directores vienen anunciando los cierres desde enero a la comunidad de padres, representantes, personal docente, administrativo y obrero, así como a las autoridades del Ministerio de Educación. El motivo no es otro que la “inconsistencia financiera” que viven desde hace tiempo, no hay con que pagarles a los maestros, muchos se han ido del país, porque no es rentable ser maestro en Venezuela, de este modo, los planteles privados no pueden garantizar la operatividad, están si se quiere en resistencia para subsistir, dada la economía de un país en quiebra. Sin embargo, tras algunos estudios se comprobó que algunos colegios privados presentaron estructuras de costos falsos para cobrar de más a los padres, cosa que es realmente penosa y abusiva.

La crisis afecta a todos por igual, y tomando en cuenta que el tema educativo no es un tema comercial, simplemente, analizando la situación, existe una caída en el número de inscritos en educación privada, dada la pérdida del poder adquisitivo en los hogares, eso, sin tomar el cuenta el éxodo de familias al exterior, ante la imposibilidad de pagar matrículas y mensualidades, la ausencia de escolares en las aulas por falta de alimentos, elevados costos del transporte y la precariedad de la infraestructura educativa hablan de unos niveles de agudización en la crisis económica en términos alarmantes. Y les digo no es tarea fácil cambiar a los muchachos de colegio, tener que adaptarse a otra institución, a nuevos compañeros y a profesores diferentes, todo lo cual puede ser traumático y afectar el rendimiento académico.

En realidad se requiere urgentemente un cambio, organizarse y planificar, de no ser así, la educación privada tendrá un cierre inminente y la enseñanza quedará totalmente en manos del Estado.

Más centralismo, pienso que eso es en parte lo que persigue el gobierno, por eso no escuchan denuncias ni sancionan así el sistema marcha a la deriva y cada quien que arree.

La verdad que se les reconoce el esfuerzo a aquellos docentes que aun trabajan e insisten y luchan por el desarrollo de sus alumnos en Venezuela en mi opinión, son definitivamente unos héroes, tienen vocación de servicio, pero debemos asumir la problemática seriamente e intentar resolver, la clave es que se establezcan mecanismos de solidaridad, convenios de pago, exoneraciones, o pedirle pago por adelantado a los padres que puedan, simplemente para que la escuela se mantenga, y lo más importante, evitar la deserción escolar. Igualmente se propone a la directiva de los colegios sincerar la estructura ante la comunidad educativa, reunirse con los padres para conseguir alianzas con sectores de la comunidad a los efectos de conseguir financiamiento, más allá del aumento y estrechar relaciones con las universidades para garantizar el personal. Los invito a pasearse por proyectos educativos de organismos internacionales que apoyan la educación privada, ahí puede haber una solución, si el problema está realmente en lo económico y si no se trata de destruir a la clase media, la más golpeada en estos tiempos.

La verdad es que un país sin educación, es un país que avanza ciertamente hacia su propia destrucción.

El mensaje y la reflexión es para los dueños de los colegios privados en general, para los educadores, es momento de pensar en los demás, sin egoísmos ni mezquindades, es el momento de la generosidad, de demostrar su capacidad de servir, su vocación real y amor al país, de aportar un granito de arena a través del sacrificio en el que estamos todos. Recuerdes que ustedes son piedra angular para la construcción del futuro, no desmayen, el momento es el de la grandeza de los hombres buenos y justos, es un momento definitivo para demostrar desde el corazón de que estamos hechos, ese es el mensaje, luchemos juntos por nuestros hijos, veamos oportunidades en las dificultades e intentemos salir adelante unidos, nadie dijo que sería fácil, pero recuerden el futuro del país lo merece.

MARIA AUXILIADORA DUBUC P.

@mauxi1