Gehard Cartay Ramírez: ¿Abstencionismo o rebelión popular?

Gehard Cartay Ramírez: ¿Abstencionismo o rebelión popular?

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Nadie en su sano juicio puede sentirse sorprendido por los sucedido el pasado domingo 20 de mayo.
¿Podría sorprender a alguien un nuevo fraude electoral del chavomadurismo? Si existe algún sorprendido, obviamente no está en sus cabales o carece de contacto con la realidad. Porque si algo sabemos casi todos los venezolanos, por experiencia propia, es que desde el año 2000 las prácticas fraudulentas del CNE para favorecer al régimen se han convertido en usuales y corrientes. Desde entonces, no ha habido un solo proceso electoral donde las trampas no hayan favorecido siempre a los candidatos del chavomadurismo.

Y es que sólo los ingenuos o los cínicos pueden creer que el sistema electoral venezolano implantado por el chavomadurismo en estas dos décadas ofrece garantías de imparcialidad y pulcritud. Por eso sorprenden la candidez o estupidez de quienes critican a los que no votamos argumentando que le “regalamos” seis años más a Maduro o que -lo que vendría a ser lo mismo- “impedimos” que el candidato Falcón ganara el 20 de mayo.





Son argumentos pueriles por donde se les analice. ¿Cómo creer, por ejemplo, que un candidato de oposición pueda ganar con el actual sistema electoral, diseñado íntegramente para producir siempre un resultado favorable al régimen? Y ello es así porque el sistema automatizado sólo produce resultados en tal dirección, con un registro electoral inflado, nunca depurado de vicios y trampas, y, por si fuera poco, un mecanismo de escrutinios convertido en una verdadera caja negra, a la que sólo tienen acceso partidarios del régimen.

A pesar de ello, hay gente ingenua o despistada que piensa que el fraude sólo se realiza el día de los comicios. No se han dado cuenta, por lo visto, que se trata de una cadena de hechos sistémicos, que se ejecuta paralelamente en varias direcciones, con suficiente antelación, y que se perfecciona, finalmente, con el anuncio oficial de los resultados “irreversibles” de la inefable presidente del CNE.

Puertas afuera, el CNE siempre asume una actitud de impunidad total frente al ventajismo del régimen, mediante la más vulgar utilización de recursos del patrimonio público, así como equipos de movilización y comunicaciones, incluidas las numerosas estaciones televisivas y radiales propiedad del Estado, de cuyo uso y abuso hace gala el partido oficialista.

Podría sorprender a alguien lo que algunos han llamado abstencionismo?