Tecnología en el registro de electores: Identificación biométrica, por Jesús Delgado

Tecnología en el registro de electores: Identificación biométrica, por Jesús Delgado

 

Una de las premisas de la democracia es que “todo ciudadano adulto tiene derecho a participar en los asuntos de su gobierno” y, en nuestra época, “la forma fundamental de participación reside en el derecho a votar en elecciones libres y justas”. Esta realidad obliga a que los países posean un registro electoral (o lista de electores) donde se sustente el ejercicio democrático del derecho al voto que tiene cada ciudadano. Asimismo, exige que estos registros sean lo más completos posible, garantizando la inclusión de todos los ciudadanos que cumplan con los requisitos para votar y garantizando el principio de “un elector, un voto”, pues “cada sufragante está facultado para votar solo una vez”.





La administración del registro de electores refiere a todas las tareas administrativas relacionadas con la actualización y corrección de estas listas de información, el registro periódico de nuevos votantes, la actualización de la información de los electores existentes (garantizando al ciudadano la oportunidad de participar en los próximos eventos electorales) y su depuración (reduciendo el riesgo de suplantación de identidad, electores fantasmas, además de impedir el voto doble durante la elección).

Foto Cortesía

 

Ante ello, el registro de votantes supone una de las actividades más importantes y complejas que debe desempeñar un organismo de gestión electoral, pero también “es una de las más costosas en términos de tiempo y recursos”. Según ACE Project, el proceso de registrar a los electores y producir las listas de votación representa generalmente “más del 50% de los costos totales de la administración electoral”. Por supuesto, estos costos aumentan o disminuyen “de acuerdo al sistema utilizado para registrar a los votantes, la capacidad administrativa de la autoridad electoral y las características sociales, económicas y demográficas del país”.

En la actualidad, numerosos países enfrentan desafíos para crear un registro de votantes preciso; muchos de ellos han considerado reformar sus sistemas de registro de votantes e introducir tecnologías de empadronamiento e identificación biométricas.

La tecnología biométrica ha resultado la más eficiente para la medición y análisis de datos físicos o características de comportamiento, especialmente como medio para verificar e identificar un individuo. Además, se puede implementar de muchas maneras diferentes, ajustándose a las necesidades de cada país e infraestructura.

Respecto a su utilidad para fines electorales, International IDEA señala que la inversión en estas “soluciones de alta tecnología permite a los interesados ??demostrar su compromiso con la resolución de problemas electorales”, pues estos sistemas brindan mejoras significativas no solo en términos de economías presupuestales (a mediano y largo plazo) sino que incrementan considerablemente la confiabilidad de la información, garantizando la transparencia en cuanto al número de votantes que pueden ejercer su voto en una elección.

De acuerdo con la base de datos de ICT de International IDEA en Elecciones, “a partir de 2016, el 35% de los más de 130 organismos de gestión electoral (EMB) encuestados capturaron datos biométricos como parte de su proceso de registro de votantes. La tecnología biométrica es ampliamente utilizada en proceso de registro, especialmente en África y América Latina. En el 32% de los países encuestados, los registros de votantes se basan en registros civiles”. En muchos casos, los sistemas de registro cívico contienen datos biométricos que pueden ser utilizado para fines electorales.

Ante este panorama, la empresa de tecnología electoral Smartmatic, ha desarrollado un sistema de gestión de identidad (IDMS, Identity Management System) como solución para “consolidar y depurar” los registros electorales. Esta plataforma incorpora tecnologías de comparación biométrica en el registro electoral.

El IDMS recibe y resguarda la información de cada elector en un repositorio central. Durante el proceso de consolidación (cuando se registra el elector), el programa, a través de un sistema de comparación, comprueba que no existan duplicados, sirviéndose de algoritmos sofisticados de verificación de calidad que analizan los datos recibidos y los almacenados. Asimismo, el “IDMS segmenta las imágenes de las huellas según las características biográficas, con el fin de proporcionar consultas biométricas enfocadas, sin necesidad de interrumpir la operación” de registro.

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Adicionalmente, realiza comparaciones de des-duplicación o de búsquedas, utilizando los formatos de otros proveedores de softwares biométricos; lo que permite garantizar la interoperabilidad del sistema o la integración con sistemas externos. Finalmente, este sistema de manejo de identidad permite validar la integridad de la data biométrica, pues registra todas sus operaciones en bitácoras, “que pueden ser monitoreadas en línea por sistemas externos o post-mortem en un proceso de auditoría”.

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Pese a estas innovaciones, un registro completo de votantes solo puede lograrse cuando los ciudadanos están conscientes de estos procesos, cuando tienen oportunidades razonables y fácil acceso, y cuando los organismos electorales no ponen barreras, como costos elevados, procedimientos que requieran mucho tiempo, centros de registro de difícil acceso y plazos de registro cortos.

Si bien la introducción de tecnologías biométricas en los asuntos electorales puede dar lugar a cambios significativos en la manera como se registran los votantes, esta opción no elimina la necesidad de medidas que transparenten aún más la conformación de las listas de electores. Edificar la confianza de las partes interesadas en la biometría y evitar las percepciones incorrectas requiere compromiso continuo. La información sobre los sistemas en uso debe ser proporcionada desde el inicio hasta su implementación y utilización.