María Auxiliadora Dubuc: Medidas económicas y virajes en la reconversión monetaria

María Auxiliadora Dubuc: Medidas económicas y virajes en la reconversión monetaria

El 24 de julio celebramos el Natalicio del Padre de la Patria, el asunto es que no habíamos acabado de celebrarle a Bolívar su onomástico, cuando al día siguiente, el 25 de julio por la tardecita, Nicolás, en el marco de una reunión de trabajo, acompañado de los integrantes de su gabinete económico y en cadena nacional, como es su costumbre, formuló cinco anuncios al país. Nuevas medidas económicas, presuntamente a los efectos, de intentar sacar el país de la grave crisis económica que atravesamos, y que se traduce en escasez de alimentos básicos y medicinas así como hiperinflación, un fenómeno que pulverizó el poder de compra de los trabajadores de manera determinante.

En primer lugar, la primera medida, tiene que ver con la reconversión y entrada en vigencia del nuevo cono monetario, la cual se fija para el 20 de agosto, haciendo la salvedad que ahora no se eliminarán tres ceros a la moneda sino cinco, eso aunado a otra nueva modalidad y es que el denominado “Bolívar Soberano” será anclado a una especie rara de criptoactivo: el Petro.

En este orden, y en el mismo acto, Nicolás firma el Decreto N° 3.554, publicado en la Gaceta Oficial N° 41.446, que recoge una vez más la tan pospuesta entrada en vigencia de la reconversión monetaria en Venezuela, ya que el gobierno retardó por casi tres semanas, lo que estaba previsto para el 4 de agosto de este año.





El mencionado Decreto, establece la reexpresión de la unidad monetaria resultante de la división entre cien mil (100.000), es decir, que se suprimirán cinco (5) ceros al cono monetario vigente; es decir, dos más de lo inicialmente previsto, e igualmente define las competencias del Banco Central de Venezuela (BCV), en la regulación de todo lo concerniente al redondeo que se aplicará como consecuencia de la misma, así como las denominaciones de los billetes y monedas metálicas del nuevo cono monetario, todo lo cual cambia radicalmente la propuesta de quitarle solo tres ceros al bolívar.

En este orden de ideas, es a partir del 1° de agosto de 2018 y hasta que el Banco Central de Venezuela lo disponga, que todos los instrumentos por los cuales se ofertan los precios de bienes y servicios, así como otros que expresen importes monetarios, emplearán en su referencia la unidad de cuenta prevista en esta nueva normativa.

Igualmente, en este orden, también propone anclar el Petro, moneda virtual que lanzó su administración y que tiene respaldo en petróleo, al Bolívar, el cual pasará a denominarse como “soberano” y cuya entrada en circulación debería terminar con el problema de la escasez del efectivo. Todo esto está por verse, porque las monedas y billetes del nuevo cono aun no llegan al país. Es importante recordar que el valor de los billetes actuales, que apenas tienen una década en circulación, comenzó a hacerse insuficiente desde hace más de un año, cuando la inflación, que superó el 2.600% en 2017, según los reportes expresados por la Asamblea Nacional.

El Gobierno ha denunciado en reiteradas oportunidades que la razón de la falta de efectivo, ocurre porque el billete venezolano es “extraído” de la economía y desviado al contrabando por mafias dedicadas a la falsificación de billetes, sin embargo, la oposición mantiene y defiende la teoría que se trata de un mal manejo de la economía por parte del Ejecutivo.

Sin embargo, lo preocupante de la propuesta se centra en el tema del Petro, moneda que no existe, no se acepta como divisa, de modo que ese anclaje del que habla es absolutamente imposible de realizar. Los economistas señalan que no ofrece credibilidad anclar dos cosas controladas entre sí, además que el Petro, adicionalmente, tiene el problema de estar sancionado por Estados Unidos, todo lo cual limita las transacciones que se puedan hacer con él.

Este anclaje, adicionalmente, presupone la necesidad de procurar equilibrio fiscal y aunque Maduro anunció “políticas fiscales”, estas resultan insuficientes dados los déficits fiscales de dos dígitos del PIB, recurrentes, y el anuncio semanal del Gobierno de “bonos” emitidos con dinero inorgánico, lo más probable es que, como señalan los expertos, el Gobierno termine devaluando el Petro, emitiendo más criptomonedas para financiar el déficit. Igualmente queda la duda, también, de por qué se respalda al “bolívar soberano” con el Petro, es decir, con petróleo, y no con el oro de las reservas internacionales, lo que podría indicar que estas están peor que lo confesado.

Como segundo aspecto, y dentro de los anuncios, Maduro entregó el Bloque Ayacucho II al Banco Central de Venezuela, a fin de fortalecer las reservas internacionales al máximo nivel. En este orden entrega públicamente, un importante bloque completo de reserva petrolera certificada al ente emisor, es decir, el Banco Central, en su carácter de principal institución bancaria del país, a los efectos de fortalecer el músculo financiero y las reservas internacionales para que cuente con una mayor capacidad de pago.

Se trata, de un bloque ubicado en la rica Faja Petrolífera del Orinoco (oriente del país) consistente en 29.298 millones de barriles petroleros certificados, que entrega como parte del respaldo de la emisión de activos financieros y como parte de las reservas financieras del BCV, la misma se realiza a través de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). Maduro pidió al ente emisor “fortalecer la disposición de moneda libremente convertible”, así como “la capacidad del país de atender sus necesidades en el mercado de divisas convertibles”. Finalmente, está muy claro que la medida de fortalecer las reservas con la operación del campo petrolero Ayacucho II para el BCV apunta a paliar, la pesada carga de financiamiento que se le ha impuesto al emisor con PDVSA, aunque esto de ninguna manera sanea las cuentas del banco.

Si bien es cierto que otorgar un campo petrolero al BCV es, como dijo Maduro, una medida “histórica”, en el sentido de que no tiene precedentes, otra cosa es que el campo Ayacucho II es una suerte de “patito feo” de la Faja, que ya han intentado colocar como colateral de otros préstamos, sin ninguna suerte.

En tercer lugar, Maduro también ordena a la oficialista Asamblea Nacional Constituyente (ANC), un órgano que no reconoce parte de la comunidad internacional, revise la Ley de Ilícitos Cambiarios para adecuarla a “los nuevos tiempos” y atraer inversiones extranjeras. La realidad es que de conformidad con nuestra Constitución, es a la Asamblea Nacional a quien corresponde legislar y no a la ANC quien se ha erigido como órgano plenipotenciario sin ningún sustento legal. Sin embargo, ciertamente, los cambios que trae la mencionada Ley parecieran positivos, sumados al deslizamiento de la Tasa Dicom para Remesas, que ya se está acercando al valor del dólar en el mercado paralelo: Maduro señaló que el cambio es para “eliminar buena parte de los delitos” que contempla la Ley, e ir desmontando el alambre de púas que se le puso a la economía durante 16 años.

La verdad es que, si el Gobierno lograra estabilizar un mercado abierto de divisas, eso puede ayudar a secar la sangría de dólares, otorgando un precio de equilibrio a la moneda, y al mismo tiempo, secar el exceso de liquidez de la economía, frenando la inflación. Pero el que se logre, además, sin dinero fresco, en medio del terrible caos de la economía venezolana, es cuesta arriba por lo que está por verse.

En cuarto lugar, Nicolás decidió exonerar por un año de impuestos y desgravámenes la importación de bienes de capital, insumos, materias primas, agroinsumos, repuestos, maquinarias, equipos y productos manufacturados, según los códigos de aranceles que deben emitir los respectivos ministerios y organismos tributarios del Estado. Lo mismo aplicaría entonces para ciertos y determinados rubros para el incentivo de la producción nacional, medida del todo apropiada en estos tiempos, ya que uno de los problemas fundamentales tiene que ver con el tema de la sobrefacturación, de modo que si no se establecen mecanismos estrictos de seguimiento y control, pudiera ser peor el remedio que la enfermedad.

Igualmente para finalizar, Maduro solicitó la realización de un censo de todo el transporte en el país, a fin de solucionar el problema de este servicio que nos afecta a todos, no estoy clara si con un censo se soluciona el problema del transporte en Venezuela, pienso que harían falta otras medidas, pero eso es lo que hay, así que veremos qué pasa.

Por otro lado, Nicolás también hablo del tema político y aunque el mandatario pidió darle una oportunidad a las medidas en el PSUV, y discutirlas en su congreso ideológico, habrá que esperar las tensiones que el presunto levantamiento (total o parcial) del control de cambio traerá en un sistema político en el que algunos han señalado que “si quitamos el control de cambio nos tumban”. Por lo que si leemos entre líneas, la realidad es que los anuncios económicos realizados por Nicolás indican, por una parte, el reconocimiento del fracaso de sus políticas,- fracaso denunciado por el propio mandatario en su alocución- y por la otra la posibilidad de que se viva una pequeña reactivación.

Con este “programa de recuperación económica” Nicolás promete la recuperación económica del país, valga la redundancia, en medio de una severa crisis financiera, cuya inflación según el FMI podría llegar a 1.000.000% este año. Las reservas internacionales de Venezuela se ubican hoy en 8.766 millones de dólares, muy por debajo de los más de 20.000 millones de dólares de los que disponía el BCV en 2013 cuando Maduro asumió el poder y antes de que el país con las mayores reservas de petróleo del planeta entrara en la peor crisis económica de su historia.

Es importante destacar que estas medidas económicas, a decir de los entendidos, no frenaran en modo alguno, la hiperinflación desbordante, porque no se está atacando la raíz del problema, hay medidas fundamentales para corregir sus causas, en el orden fiscal y monetario y a través de un plan económico coherente, el cual no se vislumbra por ninguna parte, lamentablemente.

Lo que si no queda claro del todo, es la intención “en el espíritu” del gobierno de desmontar el férreo control de cambios que rige desde 2003 que otorga de manera exclusiva al Estado el manejo de las divisas, cosa harto difícil de soltar, de modo que en este orden de cosas, no creemos realmente que eso vaya a ocurrir, por lo que en consecuencia, resultara muy cuesta arriba salir de la debacle en la que nos encontramos sumidos.

Pero más allá, los anuncios, dejan más dudas que certezas, no solo porque no se explicó, ni se entendió lo del anclaje del Bolívar al Petro, sino porque no comprendimos la sinrazón en la implantación de unas medidas a través de las cuales el Gobierno no podrá frenar el auge hiperinflacionario que parece inminente, ni tampoco manejar las tensiones políticas que se generarán producto del mismo.

Amanecerá y veremos… por lo pronto, lo que sí es cierto es que al pobre Bolívar, tan injustamente maltratado, vilipendiado, ultrajado y devaluado últimamente, de regalo de cumple se le obsequió un nombre de nuevo, ya no será fuerte, sino soberano, ahí se los dejo.

MARIA AUXILIADORA DUBUC P.
@mauxi1