David Morán Bohórquez: La Tragedia de los Comunes y “nuestras” refinerías al 17%

David Morán Bohórquez: La Tragedia de los Comunes y “nuestras” refinerías al 17%

Refinería Cardón vista desde unos de los barrios aledaños / archivo

 

Y digo “nuestras” porque la propaganda roja señala que Pdvsa “es de todos”.

Veamos gráficamente como van nuestras refinerías





 

 

En el año 2008, nuestras 5 refinerías (Amuay 645MBD, Cardón 310MBD, Puerto La Cruz 190MBD, El Palito 140MBD, San Roque 0,058MBD Total 1,29MMBD) operaban al 77,51% de su capacidad instalada. En el año 2016 operaron al 50,19% de su capacidad instalada, mientras la refinerías de todo el planeta lo hicieron en promedio al 83,7% de su capacidad instalada, según datos del BP Statistical Review

En Octubre de 2018, esas 5 refinerías operan en promedio al 17% de su capacidad instalada. Una verdadera calamidad. Las razones son múltiples: Falta de petróleo, apagones eléctricos, fallas en equipos y sistemas, falta de personal capacitado, etc. Todas ellas reflejo de la “toma socialista” de esos activos de producción, como también los “aguas arriba” en la industria petrolera nacional, donde pasaron a ser bienes comunes, de todos, es decir de nadie.

En la sociedad moderna, los “comunes” son los bienes públicos, accesibles para todos los miembros, incluidos aquellos que no han contribuido a su producción ni a su conservación. El biólogo Garrett Hardin, en el año 1968, describió un dilema que ha hecho una extraordinaria contribución más allá de su ámbito inicial. Sostenía que, en relación con los recursos naturales, se produce la “tragedia de lo común”, de los bienes comunes:el conflicto entre el interés personal de la explotación y el interés colectivo de la conservación acaba convirtiendo la despreocupación por lo común en un perjuicio individual.

La tragedia de los comunes refleja un conflicto social sobre el uso de los recursos comunes (como por ejemplo peces del mar, pastos, bosques, en nuestro ejemplo extenderemos por analogía el caso de la propiedad del subsuelo a las refinerías de Pdvsa) en donde los intereses personales (los del régimen y su grupito en el poder) entran en conflicto con el interés común y colectivo (combustibles y otros productos de refinación de calidad y a buen precio, estaciones de servicio adecuadas, contribución al mejoramiento de las comunidades aledañas a las instalaciones,  ofertas de divisas al mercado cambiario, etc).

El haberlas estatizado de hecho pasó a las manos de un grupito en el poder. Donde su interés mayor fue la sobreexplotación –depredación-de esas instalaciones para su interés personal y la de sus allegados (corrupción, saqueo, falta de mantenimiento, productos a precios irrisorios por debajo del costo de producción, contrabando) sacrificando el interés colectivo. ¿Qué puede hacer hoy el colectivo venezolano, los propietarios difusos,  para recuperar “sus refinerías”?. ¡Nada!. Porque nada tenían

Hoy esas refinerías, en proceso de chatarrización, sólo podrían ser salvadas por el interés individual de renovarlas y preservarlas. Es decir, privatizadas. Si es que todavía se encuentran algunos inversionistas interesados.

Por mi parte me he hecho la idea que Venezuela, gracias al saqueo socialista, será un importador neto de combustibles. No es difícil inferir que con racionamiento incluído.


David Morán Bohórquez es ingeniero industrial y articulista venezolano @morandavid