El 2019 encuentra a una nación profundamente degradada, por Gustavo Coronel

El 2019 encuentra a una nación profundamente degradada, por Gustavo Coronel

Gustavo Coronel

 

Dentro de pocas horas terminará otro año trágico para la nación venezolana. No es ya suficiente decir que el régimen está degradado, que el país está degradado, sino que la Nación ha bajado a límites que los venezolanos de bien jamás hubieran imaginado.

Por Gustavo Coronel





La protesta popular se ha reducido a los reclamos por un pernil de cochino, unos kilos de carne semi-podridos las más de las veces, mendrugos que han llegado a representar los más acariciados anhelos de compatriotas indefensos y arrodillados. La preocupación máxima de millones de compatriotas ya no es vivir bajo una dictadura de civiles y militares ignorantes y corruptos. No es ver a sus industrias en la ruina. No es asistir al espectáculo de millones de compatriotas huyendo del país. Tampoco la ocupación de nuestro territorio por bandidos y terroristas cubanos y de las FARC o el ELN. Ni siquiera la baja calidad moral de los ladrones y asesinos que nos gobiernan.

Es un pedazo de carne.

Estamos en el foso más profundo de la miseria. ¿Podremos salir?

No será fácil.

El verdadero enemigo a vencer para la nación venezolana será la baja educación ciudadana de su pueblo, la carencia de liderazgos colectivos, la ausencia de un propósito de los venezolanos de dar aportes al bien común, la mala costumbre de una mayoría de nuestro pueblo de creer en populistas y encantadores de serpientes que ofrecen lo imposible de cumplir, el desdén por el trabajo perseverante y la adoración del atajo y de la lotería.

Lo que nos ha pasado es culpa de estas carencias. SI no hay un serio intento de modificar actitudes de manera radical, de educar a los millones de compatriotas que chapotean en el pantano de la ignorancia y de los mitos y leyendas del populismo, esta Nación permanecerá en el foso del más trágico atraso, donde ya la han colocado los bandidos de chavismo-madurismo, ese engendro que ha probado ser lo peor de nuestro gentilicio.