Venezuela: ¿Un caso de genocidio económico en el siglo XXI?

Un kilogramo de carne se muestra junto a 9,500,000 bolívares, su precio y el equivalente a 1,45 USD, en un mini mercado en Caracas, Venezuela, el 16 de agosto de 2018. Era el precio corriente en un mercado informal en el vecindario de bajos ingresos de Catia. REUTERS / Carlos Garcia Rawlins

 

Culmina el 2018, un año especialmente complicado para los venezolanos como consecuencia de la emergencia humanitaria compleja que lacera al país. Es necesario recordar que esta emergencia, de acuerdo al Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo, está caracterizada por 5 factores: 1) El debilitamiento e incluso quiebra y fragmentación del Estado. Según el grado de descomposición se suele hablar de Estados débiles, frágiles o fallidos. 2) El hundimiento de la economía formal y el auge de la economía informal articulada mediante redes clandestinas. 3) El conflicto civil o interno, 4) La hambruna, como proceso de incremento de la desnutrición, la pobreza y las epidemias, que en ocasiones son deliberadamente provocadas como arma de guerra o mecanismo de despojo de los sectores vulnerables, y 5) El éxodo y las migraciones forzosas, causados por la necesidad de la búsqueda de ayuda. Además de originar oleadas de refugiados también dan lugar a una fuerte desestructuración socioeconómica difícil de revertir y a la propagación de epidemias. Así lo reseña paisdepropietarios.org

Por Ricardo M. Rojas y Andrea Rondón García





Desde el Observatorio de derechos de propiedad, ratificamos la existencia de una política sistemática de ataque en contra del derecho de propiedad de todos y cada uno de los venezolanos. Dicha política, implementada para la imposición del socialismo del siglo XXI, en buena medida es la génesis de esta emergencia que hoy padecen los venezolanos. Es así que los autores del artículo de esta edición se hacen una pregunta valedera es Venezuela: ¿Un caso de “genocidio económico” en el siglo XXI?. Rojas y Rondón aseveran que el mundo ha atestiguado la destrucción del derecho de propiedad, la libertad de producir y contratar y una moneda sana, medios que cada individuo posee para sostener su propia vida, con lo cual está en riesgo, la propia existencia de los venezolanos.

I – Sobre el genocidio

En los últimos tiempos, se han multiplicado las denuncias contra el régimen que gobierna Venezuela encabezado por Nicolás Maduro, por delitos de lesa humanidad. Incluso varios presidentes de países de la región se han sumado a esas denuncias, en algunos casos presentadas ante la Corte Penal Internacional.

En este sentido, de conformidad, con el artículo 6 del Estatuto de Roma “…se entenderá como supuestos de “genocidio” cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal:

* Matanza de miembros del grupo
* Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo
* Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial
* Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo
* Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo

Si revisamos el blog especializado en el tema, Genocide Watch[1], veremos que el genocidio supone un proceso muy complejo de varias etapas que no ocurren necesariamente de forma lineal, y se identifican las siguientes etapas:

1 Clasificación: distinguir en razón de etnia, raza, religión o nacionalidad;
2 Simbolización: dar nombre a las categorías resultado de una clasificación;
3 Discriminación: un grupo dominante usa la ley, las costumbres y el poder político para negar los derechos de otros grupos;
4 Deshumanización: un grupo niega la humanidad del otro grupo;
5 Organización: el genocidio siempre está organizado, generalmente por el estado;
6 Polarización: se separan a los grupos y se transmite propaganda polarizante;
7 Preparación: se construyen ejércitos, compran armas y entrenan a tropas y milicias;
8 Persecución: las víctimas son identificadas y separadas por su identidad étnica o religiosa; su propiedad es a menudo expropiada; a veces, incluso son segregados en guetos;
9 Exterminio: asesinato masivo, por lo general las fuerzas armadas trabajan con las milicias para hacer el asesinato;
10 Negación: niegan haber cometido algún delito y se culpa de lo sucedido a las víctimas.

[1]Ver: http://www.genocidewatch.com/ten-stages-of-genocide, página consultada el 23/11/2018.

Se trata de etapas en las que claramente se identifica el propósito de destruir a una parte de la población. En el caso venezolano, se han denunciado persecuciones políticas, torturas, prisiones ilegales, homicidios por grupos paramilitares y un sistemático abuso del poder. Pero nosotros queremos incluir entre estos argumentos, el del desarrollo de una política económica enfocada claramente a destruir la producción de riqueza, apoderarse de los bienes de los ciudadanos, y generar por este camino la miseria, el hambre, la enfermedad y la muerte de la población venezolana.

 

A vendor weights vegetables at a street market in Caracas, Venezuela November 3, 2017. Picture taken November 3, 2017. REUTERS/Marco Bello

 

II – Venezuela: ¿un caso de genocidio económico en el siglo XXI?

Desde el año 2007 el Observatorio de Propiedad de Cedice Libertad ha detectado una política sistemática de desconocimiento de la propiedad privada que ha tenido como consecuencia la destrucción del aparato productivo nacional; un sometimiento prácticamente absoluto de los productores al Estado venezolano; y los mayores índices de pobreza y desnutrición que se recuerden.

Vinculado con la situación de la propiedad privada, indicamos como punto de partida el año 2007 porque en dicho año las actuaciones y omisiones del Poder Público se convirtieron realmente en un patrón que con el tiempo se fueron acentuando (ver: Rondón Andrea, Herrera Luis Alfonso, Arias Tomás: Private Property Abolition in Venezuela, en International Property Rights Index – 2010 Report). Los primeros ataques a la propiedad privada (amparados en la ley en la mayoría de los casos y luego de facto por el caos generado) se centraron en las tierras con vocación agraria y para el cultivo. Con las primeras cifras alarmantes sobre desnutrición en el país, en pocos años pudimos ver la relación causa efecto de estas medidas que destruyeron la producción agropecuaria.

Hoy asistimos al punto culminante y extremo de un proceso que lleva cerca de veinte años, con el paulatino avance del poder estatal sobre la propiedad y la producción. Además de las terribles consecuencias económicas que ello tuvo para la población, la planificación económica constituye un instrumento para lograr otros propósitos de sometimiento a la población del país, tales como la clasificación, simbolización, discriminación, deshumanización, organización, polarización, preparación, persecución, exterminio y negación. Es decir, las distintas etapas del genocidio.

Las medidas más comunes aplicadas en estas dos décadas de proceso autoritario hasta su conversión en dictadura pueden sintetizarse en:

1 Distintas violaciones a la propiedad privada (ver: Glosario de términos del Observatorio de Propiedad)
2 Régimen de control de cambio
3 Régimen de control de precios
4 Eliminación de la autonomía del Banco Central de Venezuela
5 Todo tipo de regulaciones y controles a la propiedad, producción y comercialización de productos.

Entre estas últimas se pueden mencionar regulaciones como el carnet de la patria para obtener alimentos a más bajos precios, la estatización de los medios de comercialización y distribución de ciertos alimentos, la estigmatización de la actividad de los comerciantes y empresarios, la persecución a partir de fiscalizaciones selectivas (por razones electorales o por temporadas) a establecimientos comerciales (rubros escogidos al azar), la propaganda estatal con un discurso que denuncia una “guerra económica” por parte del sector empresarial, el uso de milicias (incluyendo grupos parapoliciales) y de la Guardia Nacional para efectuar las fiscalizaciones, etc.

Todas estas medidas han empobrecido a la población, impidieron la generación de riqueza, convirtieron a los productores en dependientes del Estado, y por lo tanto imposibilitaron el sostenimiento de un aparato estatal cada vez más grande, destinado no sólo a cumplir sus funciones específicas, sino especialmente el rol de persecutor de esa propia población para cuya protección se justifica su existencia.

 

REUTERS/Carlos Garcia Rawlins

La imposibilidad de sostener esos gastos crecientes, convirtió además a Venezuela en el país con mayor inflación del mundo, en tanto se ha recurrido a la emisión monetaria descontrolada y sin contrapartida en productos, con la pretensión de cubrir el presupuesto del régimen dictatorial.

La mayoría de los economistas, siendo conservadores en nuestra opinión se orientaron por la definición de Philip Cagan, según la cual la hiperinflación consiste en una inflación mensual de al menos 50%. Para economistas de la Escuela Austríaca, los parámetros no son numéricos sino conceptuales: la hiperinflación es un caso extremo de destrucción monetaria, que ocurre cuando el dinero ya no cumple su función de instrumento de intercambio. Esto es, en tanto la inflación distorsiona los precios, entorpece el cálculo económico y desalienta inversiones, la hiperinflación es aquella situación en la cual ya no existen precios de modo que toda inversión y producción se convierte en poco menos que imposible.

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