Maduro bloquea la ayuda humanitaria para esconder la dantesca situación de los hospitales

Sala de emergencia Hospital materno infantil Caricuao / Médicos intentan estabilizar a infante con neumonía sin insumos – Jorge Benezra

 

 

La Venezuela de Maduro se traduce en una profunda crisis social. Han transcurrido seis años de su régimen y el país se cae a pedazos. No existe ningún sector que se encuentre en condiciones óptimas, y la sanidad es una de las peores caras de la crisis venezolana, publica abc.es.





Por Jorge Benezra
Caracas

Es manifiesto el deterioro de cualquier centro médico público del país. Las salas de operaciones carecen de aire acondicionado, los equipos están averiados y las intervenciones quirúrgicas se hacen sin ningún tipo de anestesia, pero mientras tanto Maduro insiste en negar la crisis y sostiene que la ayuda humanitaria hoy es una «excusa» para justificar una eventual invasión militar en el país petrolero.

Pablo Zambrano, secretario Ejecutivo de Federación de Trabajadores de la Salud, considera que la salud va más allá de lo político. «Es un derecho humano que ha sido violentado por falta de autoridades y vemos las consecuencias».

En un recorrido por el Hospital Materno Infantil de Caricuao «Dr Pastor Oropeza» ubicado en un sector popular ( barrio) al oeste de la capital ABC pudo constatar el horror con el que los más necesitados de Venezuela tienen que vivir. Una joven médico residente Oriana Perdomo denuncia sin disimulo que lo que ocurre en ese y la mayoria de los hospitales es que las directivas son «mafias organizadas de la medicina» y que cuentan con el apoyo de funcionarios con mucho poder. «En un hospital como este con capacidad de 110 camas solo están operativas un 20 por ciento, los quirófanos estan casi inoperativos y las salas de parto no cuentan con la asepsia correspondiente», añade.

 

Una sala en ruinas se ve en el hospital José Gregorio Hernández en el barrio de Catia en Caracas, Venezuela, 20 de noviembre de 2018. Foto tomada el 20 de noviembre de 2018. REUTERS / Marco Bello

 

En la sala de emergencias del materno infantil de Caricuao, un recién nacido de apenas dos meses con cuadro severo de neumonía luchaba por su vida; y la única vía para tratarlo es mediante una bombona de oxígeno. «Dígame usted si esto no amerita ayuda humanitaria. Acá no lo podemos tratar solo con esto. Esperemos que llegue una ambulancia que lo traslade para que lo ubique en otro centro asistencial que lo pueda recibir», comenta una de las enfermera que lo atiende.

«A Venezuela no se le puede hacer una promesa falsa de una supuesta ayuda humanitaria. No somos mendigos de nadie», expresó en referencia al Plan País presentado por el presidente interino, Juan Guaidó, quien priorizó el ingreso de insumos y medicamentos para la población vulnerable.

Los numeros no mienten y muestran la radiografia del país. La Encuesta Nacional de Hospitales publicadas a finales del 2018 por organizaciones independientes reveló que 43,24 % de los laboratorios del país se encuentran «absolutamente» cerrados. Ademas de que un 51,3 % de los centros de salud no cuentan con servicios de rayos X y el 67,57 % de los centros de salud reportaron fallas eléctricas.

La oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas advierte que el Gobierno de Maduro no ha reconocido la existencia de la actual crisis de salud y no ha solicitado la cooperación internacional que la situación exige, y en la que se ven afectados 300.000 pacientes con enfermedades crónicas.

Sobre el origen de la ayuda humanitaria

En 2016, la Asamblea Nacional, con mayoría opositora y comenzando el ejercicio de sus funciones, decretó una crisis humanitaria en el sector de la salud venezolano. El Parlamento tomó la medida “en vista de la grave escasez de medicamentos, insumos médicos y deterioro de la infraestructura humanitaria”, según se lee en el acuerdo aprobado. El texto le exigía al gobierno de Nicolás Maduro «garantizar de manera inmediata el acceso a la lista de medicamentos esenciales que son básicos, indispensables e imprescindibles y deben ser accesibles en todo momento».

Uno de los puntos contemplados era aceptar donaciones de medicamentos de otros países y convocar a la industria farmacéutica nacional y al Ejecutivo a buscar soluciones urgentes. Días después, la ley fue declarada inconstitucional por el Supremo de Maduro.