Humberto Zurita reaparece tras la muerte de su esposa Christian Bach

Humberto Zurita reaparece tras la muerte de su esposa Christian Bach

El primer actor mexicano rompió el silencio a través de las redes sociales acerca de cómo está viviendo el duelo por la muerte de la madre de sus hijos.

Hay dos formas de hacer frente a la muerte de un ser querido: evadirla o confrontarla. Esto último es lo que ha decidido hacer Humberto Zurita ante el fallecimiento de su esposa, la actriz y productora argentina Christian Bach, quien perdió la vida el pasado 26 de febrero debido a un paro cardíaco tras varios años alejada del foco mediático.

El primer actor mexicano, que guardaba silencio hasta ahora sobre este triste suceso, acudió el pasado domingo a las redes sociales para agradecer las incontables muestras de cariño que no ha dejado de recibir desde que el pasado jueves se diera a conocer la dolorosa noticia.

“Gracias, muchas gracias a todos por sus palabras de aliento para mí y mis hijos, verdaderamente sentimos el amor y respeto que siempre rodeó a Christian a través de sus mensajes que son miles y difícil de poder contestar a cada uno. Reciban nuestro agradecimiento por su amor y respeto a mi familia”, expresó el intérprete de 64 años.

Zurita, que regresa el 22 de abril a las pantallas de Telemundo como parte del elenco de la segunda temporada de La reina del sur, reconoció estar confrontando la muerte de su esposa para ‘reducir al mínimo el sufrimiento que ocasiona’.

“La muerte es parte de la realidad y no podemos evitarla. Ante ella tenemos dos opciones: evadirla o confrontarla. Al confrontarla, podemos reflexionar y trabajar en reducir al mínimo el sufrimiento que ocasiona. Hasta pronto Christian”, concluyó su mensaje Humberto.

El reconocido actor también compartió un emotivo texto del novelista libanés Khalil Gibran en el que se usa el río como metáfora para hablar del miedo a la muerte.

“Dicen que antes de entrar en el mar el río tiembla de miedo, mira para atrás, hacia todo el día recorrido, hacia las cumbres y las montañas, hasta el largo y sinuoso camino que atravesó entre selvas y pueblos, y ve hacia adelante un océano tan extenso, que entrar en él es nada más que desaparecer para siempre. Pero no existe otra manera. El río no puede volver. Nadie puede volver. Volver es imposible en la existencia. El río precisa arriesgarse y entrar en el océano. Solamente al entrar en él, el miedo desaparecerá porque apenas en ese momento sabrá que no se trata de desaparecer en él sino volverse océano”.

Fuente: People.com

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