Armando Info: La brasileña JBS le consiguió el lomito a la Venezuela roja

Armando Info: La brasileña JBS le consiguió el lomito a la Venezuela roja

En 2015 cuando la crisis venezolana y la escasez de todo comenzaba, la empresa JBS no sólo ganaba contratos a granel, sino que sorteaba cómodamente la rutilante morosidad del gobierno de Nicolás Maduro. Diosdado Cabello, el segundo hombre fuerte del régimen, ungió a la compañía con un contrato millonario que duplicó el presupuesto completo que usó el Ministerio de Alimentación para la operatividad del año 2014. Durante algunos años casi toda la carne que entró a Venezuela a través de Puerto Cabello fue de esa empresa, que además dejó a su paso varias sucursales de maletín oficinas de dudoso domicilio. Así lo reseña armando.info

Por Isayen Herrera





La crisis socioeconómica venezolana, esa constante que el país arrastra desde finales de los años 80 abrió como una grieta sin fondo en el año 2015. Las deudas del gobierno de Nicolás Maduro con las empresas transnacionales a las que importaba comida y medicamentos fueron estrangulando el mermado presupuesto nacional, ocasionando todo tipo de penurias en la gente y la desbandada de estas compañías. Fue el comienzo de la escasez de todo.

Pero ese mismo año algunos corrieron con suerte. El gobierno favoreció en pagos y negociaciones multimillonarias a la empresa brasilera JBS, considerada la mayor exportadora de carne del mundo y que llegó, fulgurante, a ser una de las principales exportadoras de carne al mercado venezolano. Hoy su fama se pudrió por estar inmersa en una investigación de corrupción y carne adulterada y en Venezuela se marchó sin dejar rastro.

En 2015, el entonces presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, acompañado por Rodolfo Marco Torres, Giuseppe Yoffreda y su hermano José David Cabello, fueron recibidos por el expresidente José Ignacio “Lula” Da Silva, en Brasil. La justificación de la gira era salir a hacer negocios para combatir el término patentado como “guerra económica”, o la metáfora que usó el stablishment para nombrar la paralización productiva del país.

“Hemos encontrado total y absoluta disposición, estamos seguros que con el apoyo de los empresarios y del gobierno brasileño la situación en Venezuela puede sobrellevarse y no solo sobrellevarse sino derrotar este sector que ha estado empeñado en causarle daño a nuestro pueblo”, justificó Cabello, padrino de la negociación que encontró en JBS un comodín, como lo demuestra su curva de ganancias.

En 2014 el mercado venezolano representaba 10% de los ingresos de JBS, perteneciente al holding brasilero J&F Investimentos, aunque esta empresa ya tenía presencia en los cinco continentes y en 21 estados de Brasil. La aspiración de la empresa era ampliar sus ventas a 20% en el país caribeño, según declaraciones que dio a Bloomberg ese año el presidente de JBS Mercosur, Miguel Gularte. Y sí que logró un monopolio, mientras sus competidores cerraban sus puertas en Venezuela con pérdidas.

La base de datos creada por Armando.info a partir de 70.498 mil registros de las importaciones que llegaron a la aduana de Puerto Cabello, revelan que, entre enero de 2014 a enero de 2018, JBS S.A. trajo a Venezuela 181 mil toneladas de carne, 96% de la carne que entró por ese puerto, y 119 mil de pollo, 68%.

Para el momento de la negociación, la producción nacional de carne de vacuno se había reducido en 60% desde 1999 según la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga) y la Cámara de Comercio Brasil Venezuela reportaba atrasos de pagos a las empresas brasileras hasta por 5 millardos de dólares. Sin embargo, JBS empezó a surfear la morosidad venezolana sin problemas. Para ellos no había crisis ni bloqueo que los dejara con facturas sin cobrar.

En 2014 la empresa brasilera vendió 1200 millones de dólares en alimentos al gobierno venezolano y recibió los pagos dentro de los 90 días siguientes, según lo indican documentos preparados conjuntamente por la empresa y la Corporación Venezolana de Comercio Exterior S.A (Corpovex) publicado por Bloomberg. Corpovex fue una creación del gobierno de Nicolás Maduro para centralizar todas las importaciones al país.

Una fuente que estuvo frente al Ministerio de Alimentación en los años que arreció la crisis confirma que el pacto escandalizó por tres razones: lo concretó el presidente de la Asamblea Nacional, el pellejo de la carne fue comprado con un precio excesivo —pese a que se había negociado carne de primera y de segunda—, y por los montos millonarios del trato en un país en crisis y endeudado con la competencia de esta empresa.

En 2014 el Gobierno otorgó a JBS el dinero equivalente al presupuesto de todo un año el Ministerio de Alimentación para su operación e importación de diferentes rubros. La Memoria y Cuenta del año 2015, la última que el gobierno de Nicolás Maduro entregó, especifica que el presupuesto total del Ministerio de Alimentación fue de 1.214.502.601,98 dólares, la misma cantidad de dinero que recibieron los brasileros.

Pero lo que llegaba seguramente no valía ese precio. “La carne que llegaba a Venezuela, que se pagaba como carne de primera y otra parte como carne de segunda, tenía excesivo pellejo, mala presentación y mala calidad. Las fotos las recibió Diosdado Cabello”, asegura la fuente.

No importaron las alertas sobre la mala calidad de la carne y en 2015, Cabello duplicó el contrato por 2,1 millardos de dólares para traer la mercancía consignada directamente a la estatal venezolana Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas, S.A. (La CASA, S.A.). La Memoria y Cuenta de 2015 señala que La CASA solo tuvo un presupuesto de 48.322.676.762 bolívares, equivalente a 241.661.716 dólares, según tasa oficial del momento.

Los pellejos fueron solo el primer alerta para Venezuela, pero fue poco con el gran escándalo que vino luego para los magnates de la carne en el mundo. En marzo de 2017, JBS fue denunciada por la Policía Federal brasilera por vender carne en mal estado y utilizar productos químicos para cambiar la apariencia. En el proceso se vinculó a muchos inspectores, cómplices al haber aceptado dinero para certificar los alimentos.

En noviembre de 2018 el dueño de la gigante cárnica, Joesley Batista, fue detenido luego de una operación vinculada a la investigación anticorrupción Lava Jato. En las investigaciones de la Policía Federal (PF), JBS -propiedad de los hermanos Joesley y Wesley Batista- se revela que los dueños sobornaban a funcionarios del Ministerio de Agricultura de Brasil, a través de intermediarios políticos, para obtener beneficios en la aplicación de normativas y la atribución de licencias comerciales.

Esos sobornos daban a JBS ventajas frente a sus competidores y le permitieron la constitución de un monopolio de mercado. La investigación continúa en Brasil.

Una comisión de la Asamblea Nacional presidida por William Dávila y Luis Florido inició una investigación sobre las contrataciones que tenía el Ejecutivo con las empresas brasileñas. “¿Cómo es eso que el presidente de la Asamblea Nacional cumplió funciones de ministro de Exportaciones y Sanidad?”, se pregunta aún el diputado Dávila tres años después y aún no lo ha podido aclarar.

“En Venezuela había escasez y no había medicamentos. Y JBS en 30 días recibió 3 mil millones de dólares mientras que a las empresas venezolanas se le debía 28 mil millones de dólares”, puntualiza.

Luego de 19 años de administración chavista, la producción de pollo cayó 70,46% según datos de la Federación Nacional de Avicultura de Venezuela (Fenavi). Actualmente el consumo de carne vacuna per cápita en Venezuela es de 4 kilos por habitante al año, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aunque para sortear la malnutrición deben suministrarse 20 gramos de proteína animal per cápita al día, o 7.3 kilogramos al año.

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