Negociando con el Diablo, por Luis Velázquez Alvaray

Negociando con el Diablo, por Luis Velázquez Alvaray

 

Es muy difícil acercarse a personas cuya brújula los dirige a afectar a los demás. Es uno de los tantos aspectos que se desprenden del libro del profesor Robert Mnookin, catedrático de la Universidad de Harvard. La política contemporánea echa mano de una disciplina y una estructura mundial para la negociación.





Por Luis Velázquez Alvaray

Ha dicho la doctora Maruja Tarre, que los Noruegos son expertos en travesías difíciles, para poder avanzar, a fin de lograr la paz social.

Eso también es verdad. La Historia ilustra enfrentamientos muy graves que lograron superarse mediante arduas negociaciones.

Pero he aquí nuestro problema muy particular:

1.- Es negociar con un Estado Forajido.

2.- La tiranía está conformada en base a tentáculos diabólicos

a.- Terroristas de todas las calañas: cubanos, hezbolá, mercenarios comunistas de infinitos rincones del mundo.

B.-Narcotraficantes en todo el alto gobierno.

c.- Guerrilleros activos, ex integrantes de grupos urbanos y rurales, criminales natos.

d.- Torturadores civiles y militares

e.- Integrantes mafiosos de los altos mandos del ejército.

Lo más grave: los negociadores más importantes de la tiranía, resumen todo eso.

Ejemplo: Jorge Rodríguez, sin temor a equivocarse, un diablo responsable de perversidades y crímenes atroces. Son negociantes de la sangre que corre por las calles de Venezuela. Se desprende, que el objetivo claro de la tiranía, es sacar provecho para respirar, luego desacreditar y burlarse con argumentos falsos, hasta que todo concluya en un dialogo sin sentido.

“El negociar con el diablo es confrontarse con un enemigo que ha perjudicado intencionalmente en el pasado, y que está dispuesto a hacerlo en el futuro”.

Dice el autor que la negociación no es ganar-ganar, siempre debe perder alguien y en el caso venezolano ya sabemos cuál es el resultado.

El Presidente Guaidó está claro que no se puede ceder en la propuesta principal: que el tirano se vaya. El otro problema es que son varios vagones los que integran el tren de los tiranos y todos tienen intereses que no están dispuestos a perderlos.

Desde el punto de vista de la percepción mundial nadie podrá decirle al Presidente legítimo y a la Asamblea Nacional que no hubo intentos de buscar salidas negociables; pero también es bueno explicar que con esta estructura delincuencial no se puede ir ni a la esquina.

La salida la repetiremos hasta el cansancio: Art. 187-11 Constitucional.