Pablo Iglesias rebaja sus exigencias pero el Psoe ya no ve factible la coalición

Pablo Iglesias rebaja sus exigencias pero el Psoe ya no ve factible la coalición

Pablo Iglesias. EFE/Javier Lizón

 

El 26-M ha dado un vuelco a la situación política. Pablo Iglesias, el gran perdedor de la noche, se aferra al resultado de las generales de abril y trata de mantener viva la idea de un Gobierno de coalición con el PSOE en el que haya ministros de Podemos, incluido él mismo. Iglesias rebajó sus exigencias este lunes y admitió que su peso es “modesto”, pero insistió en entrar en el Ejecutivo. El PSOE, que antes del domingo contemplaba esta fórmula, este lunes la enfrió con rotundidad y se centró en presionar a Albert Rivera para que se aleje de Vox y se acerque a los socialistas. Ciudadanos se abrió por primera vez a pactos locales con el PSOE.

Por Carlos Cué y Ana Marcos / EL PAÍS





Pedro Sánchez, vencedor de las cuatro elecciones que se han producido en menos de un mes, algo impensable hace solo un año, es el gran protagonista de la situación política española, que domina con comodidad desde La Moncloa. Como centro de todas las jugadas, parece decidido a utilizar el tiempo a su favor y presionar a rivales y aliados para que poco a poco se plieguen a sus intereses.

De momento, Sánchez envió este lunes a su hombre fuerte, José Luis Ábalos —que dirigirá el comité negociador—, a enfriar la idea de la coalición, aunque sin descartarla por completo, porque es Sánchez quien negociará con Iglesias. “Hay que resetear nuestras estrategias tras las elecciones. Todos los partidos debemos entender dónde nos han colocado los ciudadanos. Estamos dispuestos a dialogar pero nuestra posición no ha cambiado: queremos un Gobierno de orientación socialista, abierto a independientes, a progresistas, pero un Gobierno socialista”, dejó claro. Eso sí, dijo que aún no está en condiciones de descartar que Iglesias pueda llegar a estar en ese Ejecutivo, algo que varios dirigentes socialistas consultados ven como mucho más improbable. Mientras, Podemos mantiene el pulso.

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