Cristian Silva Potellá: La revolución chavista se tragó la gasolina

Cristian Silva Potellá: La revolución chavista se tragó la gasolina

 

De acuerdo a declaraciones del experto petrolero José Toro Hardy, “Venezuela cubría el abastecimiento de gasolina correspondiente al diez por ciento de todo el parque automotor de los Estados Unidos de América, y en este momento no está en capacidad, ni siquiera, de lograr satisfacer las necesidades de este combustible a los vehículos venezolanos”.





Esto por la sencilla razón que la revolución se tragó la gasolina venezolana, así como también destruyó la ganadería, la agricultura, la pesca; el sistema financiero, transporte terrestre, aéreo, marítimo, Ipostel, el parque industrial y agroindustrial de todo el país.

Es harto sabido por los ciudadanos venezolanos, que a partir del arribo de Chávez al poder, empezó la declinación de la producción petrolera, acentuándose con el paro y despido masivo de gran parte de su personal, quedando nuestras refinerías y campos de producción, desprovistos de un valioso recurso humano que duró tiempo en formarse con elevados costos financieros para el país.

Hoy esos talentos humanos están desarrollando la industria petrolera de México, Colombia, Irak, Arabia Saudita, Suecia, Noruega, USA, entre otros países.

El gobierno chavista-madurista destructor sistemático de todo el aparato productivo del país, muy bien le calza el calificativo de “mentira fresca”, por cuanto desde sus inicios, comenzaron con el slogan publicitario “ahora PDVSA es de todos”. Cuando ellos mismos, reconocen la dependencia total del país al chorro petrolero desde siempre; acentuándose mucho más en sus gobiernos por cuanto no han estimulado la productividad ni las exportaciones. Todo lo contrario, han cerrado las posibilidades de diversificación de la economía, asfixiándola y provocando su paralización.

Actualmente los venezolanos estrenamos otro calvario: pasar de 4 a 12 horas en cola para abastecer -de solo 30 litros de gasolina- a nuestros vehículos. Aunque los coterráneos de los estados Apure, Táchira y Zulia tienen años viviendo estas restricciones, y es precisamente por esas fronteras donde atraviesan tranquilamente gandolas llenas con este combustible para la hermana república de Colombia.

Cuando a un venezolano común lo detienen con una pimpina de 30 litros de gasolina por las trochas, constituye un delito y contrabando. Por lo tanto va preso. Pero cuando la Guardia Nacional “Bolivariana” protege el libre tránsito de 100.000, 200.000, 300.000 litros de combustible en “n” número de gandolas, se está haciendo “Patria”.

Con razón Chávez se cansó de repetir: “no importa que andemos descalzos, desnudos, con hambre; lo importante es la revolución. Lo importante es hacer Patria”.