En la cultura popular y religiosa de América Latina son muchísimas las figuras femeninas a quienes se les atribuyen diferentes tipos de milagros: Guadalupe, Cármen, Fátima, Coromoto, y pare usted de contar, han sido ejemplo de eventos atribuidos a la intervención divina. Mujeres que han logrado acciones que se contemplan con admiración y estupefacción.
Lapatilla.com
A los 21 días del mes de junio del 2019 hemos sido testigo de un nuevo milagro, el evento de hoy ha sido protagonizado en el centro de la ciudad de Caracas por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Verónica Michelle Bachelet, quien ha dejado a todos los venezolanos, con un alto nivel de asombro.
Bachelet se reunió en la mañana de este viernes con el presidente encargado y presidente de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, Juan Guaidó, en la sede del Palacio Federal Legislativo. Las Esquinas de Padre Sierra, La Bolsa, San Francisco y Monjas fueron testigos distantes de una situación sin precedentes desde que funciona la Asamblea Nacional de Venezuela con su mayoría antigubernamental: No hubo violencia.
Los diputados pudieron ingresar al Palacio sin trabas, brillaron por su ausencia los radicales grupos de choque de la “revolución”, la prensa venezolana pudo respirar en sana paz y realizar su encomiable labor de informar al país.
Como si se tratara de un milagro divino, la presencia de Bachelet trajo la normalidad que debe imperar en cualquier nación normal. Por un día, la Guardia Nacional Bolivariana brilló por su ausencia y al fin dejó pasar a su lugar de trabajo a los legisladores elegidos por abrumadora mayoría en diciembre del 2015.
Sin duda alguna Venezuela está ante un nuevo milagro presenciado en las calles de Caracas, es “el milagro de Bachelet”. Una muestra más de que el lobo se ha vestido de cordero por pocas horas.
La nación está a la espera del informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en un país donde el día a día; las cárceles; la persecución y la violencia es tan inhumana que se necesitarán figuras de cartón de Bachelet en cada esquina… a ver si se regresa a la normalidad.