Un modelo posible para Venezuela, por Ana Karina García

 

Empezaré este artículo confesándoles que no entendía por qué el exilio había convertido a Romulo Betancourt en el gran hombre que instauró la democracia, hoy luego de más de año y medio lejos de mi tierra, siento que comienzan haber destellos de esa explicación. El exilio hace que tu patria esté siempre en tu cabeza, no importa la experiencia, ni lo que hagas siempre está presente esa tierra a la que hoy no puedes volver.





Tu cabeza está permanentemente llena de incertidumbre, de preguntas, de anhelos y de sueños de regreso a la tierra que te vio nacer, eso es peligroso sino lo sabes manejar, pero si lo haces es todo lo contrario si aquello lo transformas en positivo es una gran forma de soñar y diseñar lo que a futuro se quiere construir.

Y así es como cada experiencia en este exilio en Colombia, se ha convertido en un aprendizaje para regalarle a mi amada Venezuela.

Esta semana he podido conocer la ciudad de. Medellín, desde su modelo de desarrollo que lo sacó de la violencia extrema de los años 90, y lo convirtió en una de más ciudades con mayor reconocimiento de gestión de America Latina.

Comencemos por la base de todo, que es crear instituciones, las cuales no cambien con el pasar de los gobernantes, sino que sin importar quien sea el alcalde, la ciudad está pensada y planificada. ¿Cómo se hizo esto?

1) Se construyó el concepto de ciudad entre todos los sectores, hasta un punto que las decisiones no se toman solo desde el sector público, por ejemplo: El CUEE un consejo que se reúne continuamente entre la Universidad, la empresa privada y la Alcaldía, para pensar la ciudad, cosas como la planificación de inversión en educación e innovación, se debate en ese espacio, por lo que se invierte en becas de educación, no solo profesional sino de educación para el trabajo, pero de la mano de las empresas, por ende esos jóvenes que se gradúan entran automáticamente a trabajar en una empresa, y cada vez que tú educas e integras al sistema laboral a un miembro de la familia, estás asegurando que el grupo familiar completo salga de la pobreza.

2) Por otro lado se inculcó la planificación estratégica a largo plazo, lo vemos en la empresa metro, la cual no es solo una empresa pública que tiene en sus manos la construcción y operación del metro, sino que planifica la movilidad de la ciudad y en función de ello, va creando sin importar el gobierno del momento lo necesario para que la movilidad sea integrada y sostenible. Su planificación por ejemplo cuando comenzó fue a 30 años, lo que permitió pensar la ciudad. Pero eso no es el mayor éxito, aunque es muy importante, sino la cultura ciudadana que construyen, ¿sabias que 5 años antes de tener el metro de Medellín ellos estaban inculcando la cultura metro? Pues si, ellos primero enseñaron a la gente a cuidar el metro, antes de tenerlo, lo que permitió que cuando esta infraestructura llegara, ya la ciudadanía tuviera la cultura ciudadana necesaria. Otra cosa fundamental de este sistema, es que ellos antes de construir una nueva obra, impactan socialmente el espacio donde van a construir, por ende esta empresa para el ciudadano no es solo la que lleva movilidad para la gente sino que es la que con transformación de espacios, crea desarrollo social.

3) Por último la construcción de lo social por encima de cualquier cosa, de la mano de la comunidad, y ese es el ejemplo de otra institución, que es la empresa EPM, la que presta todos los servicios públicos a la ciudad, agua, luz y gas. Aunque esta es una empresa pública usa todos los conceptos de eficiencia, calidad y mejora, entre otros, del modelo privado, lo mezcla con el concepto de impacto social que viene de la administración pública lo que ha permitido no sólo el manejo eficiente de la empresa en términos monetarios, sino que también le ha cambiado la vida a la gente. A través de las ganancias de EPM pueden hacer grandes inversiones para Medellín como por ejemplo el llevar agua potable a las .zonas más marginadas cambiando la vida de la gente.

Ahora la creación de instituciones, planificadas con impacto social, van de la mano de la cultura ciudadana, nos cuentan que años atrás todo el mundo creía que era imposible, lograr cultura ciudadana en Medellín, y hoy inclusive tienen tiendas de confianza y Buses de confianza, es un sistema en el cual nadie cobra, si no que la misma gente toma lo que compra y deja lo que cuesta en la caja de la tienda, y lo mismo en el bus pero con los pasajes, tú entras libre al bus y hay una caja en la cual dejas el dinero del pasaje, el éxito de este programa es de más del 90% lo que no solo demuestra los valores que se lograron crear en esa sociedad, sino que crea percepción de seguridad, y ayuda a mejorar el capital social y relacional de la ciudad.

Pero en Medellín no todo es perfecto, sigue teniendo problemas como en toda ciudad, la única diferencia es que los afrontan todos en conjunto, entendiendo que una ciudad se construye entre todos y no solo desde la alcaldía, solo es posible lograr las cosas si todos los sectores entienden que la ciudad exitosa depende de lo que cada uno le aporta a ella.

Esta experiencia, me dio grandes aprendizajes, que voy a guardar y profundizar, para poder regresar y aplicar a mi amada Venezuela, comenzando por su capital que tanta transformación necesita hoy en día.

Pero quiero cerrar con una reflexión, algunos me decían porque pensar en la transformación de Venezuela y sus ciudades si no hemos salido de la dictadura, y que me pensandolo y quiero compartirles mi conclusión. El problema en Venezuela no es solo que Maduro y sus amigos delincuentes estén en Miraflores, es que ese sistema de delincuencia, deshonestidad, se ha metido estructuralmente en la vida de los venezolanos, para las nuevas generaciones no hay referentes morales, todo se vale para sobrevivir, la verdad, transparencia y colectividad, no es la prioridad en el comportamiento, por lo que lamentablemente no solo hay que luchar contra una dictadura sino contra un sistema político que se ha incrustado en nuestra sociedad, y una de las formas para lograr eso es creando modelos posibles, referentes éticos y sobre todo cambiando nuestra mentalidad de crítica destructiva a una constructiva, no es callar frente a lo que está mal, es decir lo que está mal, de la mano de una propuesta y de la voluntad de hacerla realidad.

Lo más importante que hizo todo esto posible es que cuando Medellín estaba en sus días más oscuros, inmersos en la violencia, se atrevieron a soñar una Medellin diferente, por eso estoy convencida que todo esto es posible en nuestro país, si cada Venezolano fuera y dentro se atreve a soñar algo diferente para Venezuela, para juntos hacerla posible.