Luis Barragán: São Paulo y el espacio ultraterrestre

Luis Barragán @LuisBarraganJ

 

Medio siglo después, recordamos el impacto que produjo la primera caminata lunar en nuestra niñez. Quizá fue la explicación de la ponencia juvenil que presentamos en un congreso realizado a mediados de los ochenta, sobre una base aeroespacial latinoamericana.

Reactivamos un poco nuestro interés en el tema, concluyendo el XX, a propósito de las novedades que trató o dijo tratar la constituyente respecto al espacio ultraterrestre. Después, Chávez Frías la hizo también puntal de su demagogia, añadida la construcción de una base, trastocada la salida de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el olvido de una política sería y sustentable en la materia.





Apenas más tarde, importándole un bledo el costo, está ya larga dictadura compró o alquiló sucesivamente tres satélites artificiales a China, bautizados como Bolívar, Miranda y Guacaipuro, si no lo ha hecho con otros, dada la opacidad de sus gastos y, aún más, si tienen finalidad militar. Preventivamente, desarrolló toda una campaña de justificación por tan importante inversión y, por supuesto, no hubo posibilidad de la más mínima indagación parlamentaria sobre las características de los peroles en órbita.

Se dijo que los satélites en cuestión contribuirían extraordinariamente al desarrollo de la telemedicina, teleducación y las telecomunicaciones en general, sin precisar mucho el aporte a la seguridad y defensa de la nación. Demasiado sabido y padecido, en medio de una catástrofe humanitaria, los peroles en cuestión no han servido para nada, pues, ni siquiera se puede enviar un correo electrónico con tranquilidad.

Entonces, por sus resultados, el o los satélites en función, sólo será útil en términos militares, pero sabemos muy bien de las vulnerabilidad del país. ¿Para qué servirán? Por lo visto, de apoyo a TeleSur y a los intereses del Foro de São Paulo, pues, la ocupación del territorio por los cubanos y los irregulares, seguramente cuentan con esa tecnología y la imaginación nos lleva más allá en su estrategia continental.