Cástor González: El tiempo en nuestros tiempos

Cástor González @castorgonzalez

 

El timing, entendido dicho anglicismo como la habilidad de escoger el momento correcto para hacer o decir algo, no solo es importante en casi todo hoy día, sino que más bien pareciera vital, indispensable o más bien todo o lo que más importa. Algunos lo llaman ritmo, y otros, sincronización, pero pocas acciones ilustran mejor esa habilidad, como en el béisbol ese swing que descose la bola que fue lanzada a cien millas y la saca del estadio convirtiéndola en un jonrón con las bases llenas. Así, por ejemplo, un Miguel Cabrera podrá repetir una y mil veces su mismo swing, con idéntica mecánica ante cualquier recta con igual velocidad y por la misma zona, pero solo aquél con el ritmo correcto, el del timing, es el que pondrá la bola en las gradas, pues allí se logró una perfecta sincronía y control entre velocidad, sensibilidad, visión y claridad mental, armonizada con todos los sentidos. En fin, Cabrera en poco más de tres lustros, más de dos mil juegos en las mayores y un promedio de bateo histórico de .315, lo que exhibe es una habilidad extraordinaria para escoger ese momento correcto en el cual hacer aquello por lo que le pagan.

En el manejo de los asuntos públicos y en la política las cosas no son distintas, pues los efectos de lo dicho o lo hecho pueden variar significativamente dependiendo de cuando se digan o se hagan las cosas; aunque con una inmensa y dramática diferencia con respecto al béisbol, y es que en lo público, cualquier acción afecta la vida de millones de personas, como en efecto ha sido afectada profundamente la vida de todos y cada uno de los venezolanos a lo largo de veinte años de decisiones erráticas de un desgobierno sin noción alguna del manejo de los tiempos en su gestión.





Pero el tiempo que nos importa, el timing que nos ocupa a los fines de esta nota, es el de las acciones del liderazgo democrático que conduzcan a una Venezuela libre, pues con mucha razón desespera al más centrado el que no termine de cristalizar lo que se aprecia allí mismo a la vuelta de la esquina, pues con cada día que pase sin que ocurra el anhelado cambio político, la realidad de las familias venezolanas si cambia de forma dramática y acelerada, producto la mayoría de las veces del desespero que genera una situación agobiante donde la vida diaria no es más que una lucha de elemental y básica subsistencia.

Entender entonces ese timing del liderazgo democrático se torna en fundamental, para lo cual entonces es necesario que como ciudadanos comprendamos e identifiquemos qué es lo quiere cada actor que participa en este juego de rescatar a Venezuela, para así determinar si su intención está alineada con la de la expectativa ciudadana. Así, si lo que priva en cada acción de quien ostente posiciones de liderazgo en el bando democrático es la intención de alcanzar posiciones de poder para si mismo, entonces tal vez el timing de las acciones de ese individuo sea el correcto, pero lo será solo para sus aspiraciones. Si por el contrario, sus aspiraciones son superiores, trascendentes y comprometidas con alcanzar el objetivo del cambio, esa intención estará definitivamente alineada con la aspiración y expectativa del país, por lo que de encontrar ese timing, sus acciones beneficiarán a toda Venezuela y todos los que estemos en la misma sintonía debemos contribuir a que se encuentre ese timing.

El tiempo en nuestros tiempos es fundamental y quien sea que quiera representarnos, debe entender que en eso de que los caballos van delante de la carreta y no al contrario, pues los tiempos por alcanzar el objetivo de encausar a Venezuela por la senda de la modernidad y del mayor bienestar colectivo posible, son nuestros y no pueden estar subordinados bajo ninguna circunstancia a tiempos subalternos. Trabajemos entonces por nuestros tiempos y alcancemos el objetivo.

Cástor González
Abogado
Presidente del Centro Popular de Formación Ciudadana (CPFC)
@castorgonzalez