Enrique Viloria Vera: Turismo socialista del siglo XXI

Enrique Viloria Vera: Turismo socialista del siglo XXI

 

Emulando a Simón Rodríguez (alías Robinson, al maestro de Bolívar, los dirigentes del depredador socialismo del siglo XXI, continúan la predica: O inventamos o erramos, y ciertamente la ejecutan, y como es ya costumbre lo hacen mal, en efecto: inventan y yerran. Esta vez a algún alucinado inventor se la ha ocurrido una fórmula original para recabar las divisas que ya no llegan a las vacías arcas del tesoro nacional, en vista de que la manguangua petrolera se a acabó, al acabarse PDVSA. Se trata de la muy revolucionaria medida de poner en práctica una novedosa modalidad de turismo socialista.





Este ambicioso proyecto contempla que, mediante pago en dólares americanos, euros o francos suizos – no se aceptan Petros, ni rublos ni yuanes, ni pesos de ningún tipo – los felices visitantes puedan tener unos días de franca felicidad socialista. Podrán, siempre vigilados por los órganos de seguridad cubanos:

-Asistir a una fiesta de fin de semana, organizada los pranes en las humanizadas cárceles del régimen, con bebida, baile, y desahogo sexual incluido.
-Contemplar la original gastronomía venezolana, los food truck del régimen, camiones del aseo urbano a la que asisten regularmente los hambrientos bolivarianos de todas las edades, a fin de ver si consiguen un pedazo de pizza, media hamburguesa, algún pan, fruta o cualquier desecho que pueda ser manducado para paliar el hambre pareja del venezolano Hecho en Socialismo.
-Pernoctar en un campamento militar cercano de la frontera con Colombia, y en acto combinado con los altos panas faracos o elenos, experimentar un ataque simulado de la guerrilla.
-Disfrutar de la conversación con los habitantes locales en una larga cola para obtener cualquier cosa, gasolina, comida, gas, medicinas o lo que sea. Serán dotados de sombrillas de variados colores como los que adornan un colorido pasaje caraqueño.
-Asistir a cualquier cementerio de aviones, autobuses, material de guerra, de vehículos oficiales, a fin de contemplar el eficiente mantenimiento.
Participar en un reparto arreglado de antemano, en el que felices vecinos recibirán en su respectiva comuna una caja CLAP con alimentos vencidos o menguados, podrán adquirir una como suvenir.
-Asistir a una alocución del Usurpador, y admirar sus destrezas con el tambor o el bongo, así como verlo bailar salsa brava con la Bonita, las fotos no están prohibidas.
-Efectuar una peregrinación al mausoleo del Eterno, en el Cuartel de la Montaña. Podrán aadquerir (sic) franelas con los ojitos del Comandante, un libro con sus mejores insultos y un CD con sus principales canciones.

Buen regreso a sus países de origen, esperando que los colectivos no los asalten camino del aeropuerto, no será un simulacro…