Eve Santiago: AN trabaja kilométricamente para llevarnos a elecciones…

El 6 de diciembre del año 2015 la oposición venezolana representada en la MUD, se hizo de la Asamblea Nacional.  De los 167 curules que conforma la Asamblea Nacional lograron obtener 112, pero días después finalmente el CNE le reconoce solo 109 curules a la oposición, lo cual fue aceptado por la MUD. 

Por su parte, el PSUV obtuvo 55 curules. Más tarde muchos de ellos asumieron como “diputados” de la irrita constituyente de Maduro, pretendiendo actuar como un ente supra constitucional. Otros tanto, asumieron diversos cargos públicos. Todos, de acuerdo con el artículo 191 de la Constitución,  perdieron su investidura. 

Está fue la primera victoria electoral de  la oposición venezolana después de 17años, con el voto de aproximadamente 8 millones de venezolanos que apostaron a la mesa de unidad democrática (MUD) y en las promesas que durante la campaña electoral ofreció, entre ellas estaba la designación del CNE.  





El 15 de diciembre del año 2016, once mese después de asumir el parlamento, la Asamblea Nacional tenía previsto comenzar el proceso de designación de rectores del CNE, sin embargo, esta sesión fue suspendida por falta de quórum  para  realizar la votación  se necesitaban 109 diputados y solo acudieron 106, ausentándose  los diputados de la MUD: William Barrientos, Adolfo Surperlano, y Ricardo Fernández. Los parlamentarios del Psuv, no asistieron.

Tres años después la Asamblea Nacional  retoma la obligación de designar los rectores del CNE, pero para ello invita a los exdiputados del  PSUV y les permite asumir sus curules, en cumplimiento de un pacto realizado con el régimen a espaldas de los 8 millones de venezolanos que eligieron a los diputados de la bancada opositora.  Así, de un chapuzón la Asamblea Nacional violó el artículo 191de la constitución, y abandono la ruta establecida el 23 de enero y apoyada por los venezolanos: 1) Cese de la Usurpación, 2) Gobierno de Transición y 3) Elecciones Libres.  

Así van transcurriendo los días, meses y años y lo anterior confirma que desde la Asamblea Nacional no soplan vientos de libertad muy por el contrario soplan aires de cohabitación, convivencia y de reparto de maletines. 

 Salvo los diputados de la fracción 16J que con coherencia y dignidad se oponen a estas  postulaciones inconstitucionales, anti-éticas e incoherentes, 

Está actitud contrasta con lo sucedido en Bolivia, por ejemplo, donde el diálogo brillo por su ausencia y la dirigencia opositora se mantuvo leal a su pueblo. Quienes dicen que en Bolivia todo comenzó por el fraude electoral, quiero recordarles que repetidamente los venezolanos hemos participado en procesos electorales donde el régimen y sus órganos subordinados han realizado múltiples fraudes, nos han robado repetidamente, han desconocido resultados, y en el caso de la misma Asamblea Nacional, se han atrevido a decir que está en desacato y le han arrebatado diputados ya proclamados y en funciones. Los venezolanos hemos vivido el fraude, una y otra vez, hasta la saciedad.

 La lección que nos deja Bolivia, es que con un objetivo claro y un liderazgo serio y de respeto, se une la fuerza ciudadana y  lo poco queda de las Fuerzas Armadas siguen la estrategia. Si la Asamblea Nacional entiende que nos enfrentamos a un estado fallido, es incoherente pretender resolver  este conflicto por vías electorales y democráticas. Urge el apoyo de una coalición internacional para reestablecer la paz.

Debemos ejercer presión y exigir a los cancilleres del Tiar que avancen con más sanciones y acciones judiciales y policiales contra los funcionarios del régimen que nos han arrebatado la libertad, y de esta forma poder quebrantar sus pilares fundamentales. Es necesario que los ciudadanos alcemos nuestras voces y exijamos, claridad y coherencia al liderazgo, para retomar la ruta del coraje. Cualquier desviación de la ruta planteada el 23 de enero, constituye una traición a la ciudadanía.  

Seguiremos con nuestro objetivo  y no desistiremos hasta lograr la libertad…