Luis Moret: El interés de la libertad, pasa por vencer el mal

(Isócrates 350 a.C) “Nuestra democracia se autodestruye porque ha abusado del derecho de igualdad y del derecho de libertad, porque ha enseñado al ciudadano a considerar la impertinencia como un derecho, el no respeto de las leyes como libertad, la imprudencia en las palabras como igualdad y la anarquía como felicidad”

(Solo igualdad ante la ley)

Entender el mal en la Política nos lleva a abrir el compás de pensamiento y dejar a un lado por un momento los paradigmas convencionales del accionar político tradicional, el precedente de líderes como Mao, Hitler, Stalin, Fidel, el Che, y hoy en día los precursores del socialismo del siglo 21 dirigidos desde la Habana, nos  obliga a un replanteamiento de la concepción del mal y el bien en términos políticos, los países con sistemas democráticos persiguen el bienestar común entre individuos, las diferencias ideológicas, económicas y culturales no se sobreponen sobre los objetivos que se tracen en beneficio de la sociedad, es decir que se persigue el bien, el desarrollo de los individuos en diversas áreas, el acceso a bienes y servicios públicos o privados, el mejoramiento de las condiciones de vida, el respeto a la propiedad privada, la libertad de elegir, un gran poder adquisitivo, entre otros. Pero, nos hemos preguntado ¿Qué persigue el mal?





 La diferencia entre el mal y el bien radica en que  el mal es expansivo y perjudicial, que no tiene límite  de ninguna índole obedece solo a su naturaleza de perversidad y es todo lo contrario al bien, el bien es lo idóneo e ideal pero, lo contrario al bien no es el mal, lo contrario del bien y de los actos de las personas de bien es la imparcialidad, es la omisión, es el silencio ante la barbarie, es el olvido ante la tragedia y la inacción la brutalidad, la mística del bien debe ir mas allá de no hacer el mal y es actuar en su contra, la razón del bien conlleva una responsabilidad intrínseca   de combatir el mal y dar una respuesta rotunda por parte de sus afectados de manera directa y la corresponsabilidad de aquellos que no se ven afectados y que de forma indirecta son perjudicados y se verán tocados por las implicaciones de la lógica expansiva del mal, no se puede ser imparcial ante actos de maldad, lo correcto es el bien, lo correcto es remediar el mal con el bien .    

En Venezuela el mal existe y está en el poder, su más tangible expresión es el genocidio y éxodo venezolano.

Juan Pablo II “No permanezcamos indiferentes ante la injusticia”

El mal existe y se refleja día a día en la intencionalidad macabra de los hechos , al pisotear la integridad humana y avasallar la dignidad del individuo neutralizando y coaccionando cualquier idea de libertad, en el sometimiento y opresión constante del individuo mediante la destrucción de la relación voluntaria y la imposición de ideas y rutinas desde el que comer, cuanto comer, que decir, la violación de la privacidad e intimidación mediante propagandas y adoctrinamientos que rompen fronteras y llegan a las instituciones educativas, medios de comunicación, empresas estatales, buscando controlar el pensamiento e ideario ciudadano, la maldad mediante el odio, la violencia, y el miedo, es impuesta y está vigente en la cotidianidad del venezolano, vivimos entre las secuelas de las macabras ideas que hoy en día son usadas como arma de control y destrucción de la sociedad y a su vez sirve de atajo salvador para los criminales  que conduce al despotismo socialista. 

La política del mal expresada en el socialismo y en la superioridad moral de la izquierda es un amplio y complejo experimento de ensayo y error que ultraja la vida, la libertad, y la propiedad. El fin político del ideal socialista y sus vertientes es obtener el poder, y mantenerse mediante la planificación y control de la sociedad usando medios económicos, culturales,  políticos, y existenciales socavando todo reducto de libertad, espontaneidad, y orden voluntario, se presenta en diversas matices que despliegan pequeñas diferencias en el concepto o medio, pero su fin es el mismo y el socialismo llámese democrático, social, cultural, o científico, sobrellevan siempre a la misma consecuencia y sirven de base o caldo de cultivo para proyectos comunistas .  

   América del sur se ha convertido en un campo de precipitación política, los últimos días las principales noticias de la región demuestran cambios y movimientos en las estructuras de poder de la mayoría de los países de habla hispana, si bien es cierto que cada país posee problemas económicos , e institucionales con particularidades propias llama poderosamente la atención la forma y  efervescencia con la cual se han suscitado ciertos acontecimientos de manera “simultanea” y hasta articulada con objetivos precisos “la toma del poder”.

Estas acciones obedecen a intereses del foro de Sao Paulo, la desestabilización de países como chile, ecuador, que inician en las mal llamadas reivindicaciones sociales, son la punta de lanza que usan como medio de manipulación para lograr sus fines, la dialéctica marxista se caracteriza por su hipocresía en los hechos, chantaje discursivo en su narrativa y victimización, en sus actos vandálicos, que inician en protestas “cívicas” y terminan destruyendo hasta templos religiosos. Este conglomerado de hechos que se escudan en la “justicia social”  la “igualdad” y todo su discurso romántico de engaño y manipulación emocional son el coctel de promesas que usan para seducir y a su vez calar fácilmente en sociedades y así lograr el control de las masas que irracionalmente caen en sus juegos perversos de control y sumisión.

Venezuela se ha convertido en el centro táctico operacional de las organizaciones criminales anti occidente que concurren libremente sobre territorio venezolano, con el amparo de los cuerpos de seguridad del Estado quienes se reparten los recursos naturales y el control de los órganos e instituciones del país , siendo estos las fichas de canje entre la dictadura cubana y el entramado delincuencial que mantiene a los venezolanos sometidos bajo condiciones inhumanas de sobrevivencia mientras estos grupos irregulares se lucran saqueando nuestro país y financiando sus actividades dentro y fuera del territorio venezolano. El costo de la inacción en américa del sur para desarticular  y expulsar el régimen criminal de Venezuela, es mayor que el del uso de la fuerza como acción central contra maduro y sus criminales aliados, la cohabitación y la imparcialidad contra el mal no aplican para el caso de la liberad venezolana y el orden y armonía del continente.    

Pretender  alcanzar el poder en Venezuela sin el uso legítimo de la fuerza no es ingenuidad,  evidencia comodidad, un acomodo de intereses particulares que obliga al auténtico liderazgo comprometido con la causa  por la libertad de Venezuela que diferencie, y a su vez actué en consonancia. Debe tener en cuenta que para alcanzar la libertad se debe basar en elegir  el sitio correcto entre riqueza y pobreza, verdad o mentira, claridad o chantaje, justicia o criminalidad, trabajo o conchupancia, mérito o mediocridad pero sobre todo bien o mal.  

Ronald Reagan “El mal no tiene poder, si el bien no se acobarda” 

 @luismoretve