Carlos Benucci: ¿Es posible la lucha por la libertad sin la Asamblea Nacional?

A veces vale la pena preguntarse antes de hacer una afirmación sobre el rumbo político de nuestro país, si la dirigencia política y la ciudadanía están en la misma página. Yo hoy creo que no es así, por el contrario, me parece que quienes desempeñamos esta incansable labor muchas veces nos dejamos absorber por los debates internos en el seno de nuestras organizaciones, dándole importancia a elementos que a la población ni al caso le vienen.

Con esto no quiero decir que debemos solo poner atención a lo que la gente considere importante, puesto que la labor de la dirigencia política de nuestro país es dar dirección, sentido y valores a la lucha por la libertad y esta misma debe ir enmarcada en una estrategia. Sin embargo, creo que gran parte de esta dirigencia, usa unas gríngolas que definitivamente impiden ver mucho más allá de convencional.

Hace algunos años pudimos pensar que era el hecho de no reconocer o querer aceptar que nos gobernaba un Estado criminal y asesino, hoy nos damos cuenta, luego de la compra de 18 de los tan celebrados diputados del 2015, que estas gríngolas no solo son por el hecho de aceptar contra quién estamos luchando, no es un debate abierto y democrático sobre cómo salir del régimen, sino que responden a casos de corrupción; millones de dólares, concesiones, contratos y pactos de cohabitación.





Tampoco quiero decir que los 112 diputados son corruptos o que se niegan a ver la realidad de a quienes enfrentas, lo que sí quiero decir, es que en el 2015 tuvimos una victoria electoral de la cual hemos podido aprovechar victorias políticas, pero el chavismo también, y solo teniendo una minoría en dicho parlamento y habiéndose retirado por lo menos dos años del mismo.

Es por eso que entender la dimensión del Estado Criminal es pensar lo peor que te puede suceder en términos políticos: No hay interlocución, no hay garantías, no hay acuerdos de por medio porque no son políticos, son criminales. En ese sentido, hoy cabe hacerse la pregunta ¿Es posible la lucha por la libertad sin la Asamblea Nacional? ¡Pues, claro que sí! Y digo esto no restándole importancia a la principal institución legítima del país, lo digo porque mientras el chavismo pudo penetrar esta misma aura que parecía bendita de 112 diputados a punta de realazo limpio.

Si pudo vulnerar todo el sistema electoral a partir de no dar elecciones libres más nunca, si pudo secuestrar el parlamento un cinco de enero cuando corresponde la elección de una nueva junta directiva y nombrar una directiva paralela, entonces por supuesto que vale la pena anticiparse al hecho de que buscarán la anulación del parlamento demócrata de los venezolanos, y frente a ese escenario, pues vale la pena volverse a hacer la misma pregunta: ¿Es posible la lucha por la libertad sin la Asamblea Nacional? ¡Pues, claro que sí y mil veces sí, porque nuestra lucha es hasta vencer!

@Carlos_Benucci