La batalla diplomática del siglo en América Latina, por Carlos Alberto Montaner

La batalla diplomática del siglo en América Latina, por Carlos Alberto Montaner

Carlos Alberto Montaner

 

Se trata del control de la OEA y es muy importante. El uruguayo Luis Almagro tratará en marzo de reelegirse como Secretario General de la OEA. Ojalá lo logre. Es un abogado que procede de la izquierda. Fue canciller en el gobierno de “Pepe” Mújica. Esa circunstancia desmiente que sea un representante de la rancia derecha latinoamericana o un hombre al servicio de la CIA. Incluso, fortalece su posición frente a la dictadura de Nicolás Maduro, su defensa de los más de cuatro millones de exiliados venezolanos y sus denuncias contra la tiranía cubana y los asesinatos y la represión de Daniel Ortega.

Su más dura contendiente es la ecuatoriana María Fernanda Espinosa, nacida en 1964, ex canciller de Rafael Correa. Esta dama, graduada de la Universidad Católica de su país, es una ficha clave en la diplomacia del “Socialismo del siglo XXI” bajo la discreta tutela de La Habana. Como afirma el politólogo boliviano Carlos Sánchez Berzaín, es asombroso que quien maneja una parte sustancial de la OEA sea un país que desprecia a la organización y que no pertenece a ella.





La señora Espinosa es la mujer de Eduardo Mangas, nicaragüense sandinista nacido en 1974, una década después de su esposa, e ideólogo de la secta. Graduado de la UCA en Managua -un vivero de la izquierda totalitaria y colectivista desovada por los jesuitas en Centroamérica- ha sido asesor de Ricardo Patiño, también canciller de Ecuador durante el largo gobierno de Correa.

Patiño es un viejo y leal colaborador de los servicios cubanos. No puede ignorarse que Ecuador es de las naciones más penetradas por “los cubanos”, como describiera Enrique García cuando se exilió, ex oficial de inteligencia de La Habana destacado en ese país. Hubo un periodo en el que Cuba subsidiaba a prácticamente todas las grandes formaciones políticas de Ecuador, menos a los socialcristianos.

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