En Italia, el riesgoso placer de la mesa…para combatir la pandemia

En Italia, el riesgoso placer de la mesa…para combatir la pandemia

Las personas que usan máscaras protectoras se inscriben para donar sangre después de los llamamientos de hospitales y el gobierno italiano para donaciones de sangre para ayudar a tratar a pacientes con coronavirus, en un centro de la Cruz Roja Italiana, en Roma, Italia, 17 de marzo de 2020. REUTERS / Remo Casilli

 

Ansiosos, ociosos, pero también naturalmente atraídos por los placeres de la mesa, millones de italianos confinados en sus hogares por la pandemia que azota al país, privilegian en la casa un solo lugar: la cocina.

Resistir a la tentación de comer en exceso es ahora una prioridad en Italia, un país conocido por la excelente comida y el buen vino.





Enclaustrados desde hace una semana, medida que podría durar inclusive un mes, los italianos enfrentan el doble desafío de no contagiarse con el temido coronavirus, que ha causado más de 2.000 muertes, y de no engordar con esta nueva vida sedentaria en la cocina.

A las preocupaciones por el dinero, por el trabajo, por cómo canalizar la energía de los niños que no pueden salir, se suma la de no acumular kilos, algo nada fácil sin caminata diaria ni gimnasio.

“Hoy voy a comer un paquete de papas fritas. Engordar es el menor de los males”, confesó Chiara en twitter.

En la prensa o en internet, los artículos que ofrecen consejos sobre cómo evitar aumentar de peso durante el confinamiento compiten con los que explican el mejor menú para fortalecer el sistema inmunológico, clave para evitar el virus, según algunos.

Los videos con recetas de cocina realizados por cocineros aficionados, nutricionistas, expertos en mantener el estado físico reinan en las redes sociales.

Una popular foto que circula en Whatsapp, publicada por el diario La Repubblica, muestra a un grupo de personas visiblemente con sobrepeso en la playa bajo el título “Verano 2020”.
– Gimnasios cerrados, recetas para todos –

Si bien se permite trotar en solitario y caminar por el vecindario, los gimnasios permanecerán cerrados varias semanas, por lo que se vuelve difícil luchar contra la tentación de comer bocadillos.

“Todos vamos a engordar. La gente compra más galletas, helados y productos con calorías. Se ve en los carritos de los clientes”, contó Manuel, un cajero en una tienda de comestibles en el centro de Roma.

En un video publicado en Facebook, un hombre se prepara frente al espejo del baño, se perfuma y arregla, mientras otro le pregunta sorprendido si está por salir pese a la prohibición. “Voy a la cocina, tengo mucho que hacer”, respondió.

Según el sindicato de agricultores Coldiretti, las ventas de harina han aumentado en un 80% desde el inicio del encierro nacional decidido el 9 de marzo, lo que significa que los italianos han puesto sus manos en la masa.

“Hay un boom de pan, pasta y pasteles caseros”, explicó la organización en un comunicado.

Las ventas de azúcar aumentaron un 28% y la leche del 20%, según datos proporcionados por la cadena de supermercados Coop, citada por Coldiretti.

La fundación Campagna Amica, que ensalza las virtudes de la agricultura local, publicó en su sitio web una serie de recetas y guías de cocina que presentan lo mejor de la cocina regional.

El sitio propone también un recorrido culinario por todo el país sin moverse de la cocina.

Recetas de ravioles de Piamonte hasta ñoquis de espinacas lombardas pasando por el pastel de Calabria.

A medida que el coronavirus continúa propagándose por todo el mundo y cada vez más personas se ven obligadas a quedarse en casa, el exceso de comida no parece ser un fenómeno sólo italiano.

Jess, una usuaria de internet británica, explica en twitter que su encierro en casa, comenzó el martes y comenzó mal: “Primer día de trabajo en casa y metí la cabeza en la nevera al menos diez veces …” AFP