Coge dato: Diez cosas que probablemente no sabías sobre las uñas y su cuidado

 

Las uñas son para muchas mujeres una de las claves de su look. También debería ser su cuidado. En cuestiones de color el pistoletazo de salida lo dio Chanel hace aproximadamente una década cuando nos abrió un sorprendente mundo de posibilidades (más allá del rojo, el burdeos o el porcelana) y empezamos a pintarlas de verde jade o azul jeans, asumiéndolas como un nuevo, versátil y sorprendente accesorio de moda.





Por: Vogue

En nuestros días, Rosalía se ha convertido también en una gran influencer y gran parte de esa legión de seguidores que siguen sus éxitos se suman también a la peculiar estética de sus uñas. Pero más allá del color, la forma o la longitud, como elementos de moda y de expresión, las uñas desnudas son también una especie de termómetro de nuestra salud y unas chivatas de la buena o la mala vida que les damos. Que parezca que no sienten ni padecen no es un motivo para negarles un cuidado mínimo.

¿Llevas tiempo que las notas frágiles, blandas, a capas o con manchas? No entres en pánico, porque hay solución.

1 No limes en zig-zag. No es un gesto tan trivial como creemos, las uñas se deben limar en una sola dirección, desde el borde hacia el centro, utilizando una lima suave, de cartón o de cristal Evita las de metal. Algunas limas, además, tienen varias superficies que ayudan también a pulir y dar brillo.

2 Trata su deshidratación. Al igual que la piel, o incluso más, las uñas pueden sufrir sequedad, lo que se traduce en fragilidad y fracturas. El remedio está en hidratar y nutrir diariamente. Hay muchos aceites específicos y cremas nutritivas para paliar el problema, pero aplicar aceite de oliva y masajear uña también funciona.

3 ¿Uñas amarillentas?. La causa suele ser el tabaco, pero también la absorción de color de algún material con el que la uña ha estado en contacto, el uso de esmaltes con mucho pigmento o la ingesta de algunos medicamentos. Si el problema deriva de la absorción de color, se puede eliminar la mancha con un suave pulido o e productos despigmentantes. Sin embargo, Rosi Fernández, directora del salón Ananda Ferdi, explica que si la mancha se debe al tabaco o efecto de algún fármaco, en este caso habrá que camuflarlo bajo una capa de laca de color. El tono amarillento puede ser también síntoma de una infección por hongos, bacterias, o incluso psoriasis. En estos casos, se impone una cita al especialista.

 

 

4 Pequeñas manchas blancas. Por más que lo diga la sabiduría popular, eso no es por falta de calcio. La causa más habitual es un golpe o exceso de presión. En algunas ocasiones, también se debe a la falta de algún mineral, como el zinc. Esas manchas van desapareciendo con el crecimiento natural de las uñas. Cubrirlas con un esmalte es la alternativa para disimularlas hasta que desaparezcan.

5 Salir al rescate. Para prevenir y combatir la fragilidad, puedes darles una dosis extra de fuerza con una fórmula específica fortalecedora. Aplícala sobre la uña limpia y sin laca, durante al menos dos semanas y a diario. Estas fórmulas suelen incluir ingredientes similares a los de la uña para hidratarlas, incrementar la concentración de queratina, reducir el riesgo de rotura y favorecer su crecimiento.

6 ¿Te crecen a capas?. Primer problema, son un engorro porque tienden a engancharse en tejidos como la seda o la lana o provocar incluso arañazos. El origen, exponen desde la Academia española de dermatología (AEDV), puede estar en una dieta desequilibrada, con déficit de vitaminas del grupo B o bajos niveles de hierro. También el continuo contacto con el agua o agentes químicos agresivos deterioran la capa de queratina. En estos casos, una buena hidratación es clave para paliar el problema. También se recomienda tomar algún suplemento alimenticio con vitaminas del grupo B, C y A.

7 Cuando aparecen estrías. Pueden ir a lo largo o ancho de las mismas, ser una alteración estética sin más o también revelar algún problema de salud. De esta forma, desde la AEDV explican que si aparecen a lo largo de la uña suelen estar asociadas a su envejecimiento, aunque también a artritis reumatoide. Las transversales, llamadas también líneas de Beau, obedecen más a carencias nutricionales, falta de zinc, fiebre alta o algunos medicamentos para tratar el cáncer. Las soluciones, por tanto, pasan por una dieta rica en proteínas y alimentos que aporten vitaminas y minerales, como verduras de hoja verde y frutos. A nivel tópico, las fórmulas antiestrías son una alternativa para rellenar los surcos, favoreciendo que el esmalte se adhiera mejor.

8 ¿Cortar o retirar las cutículas? He ahí el dilema. No hay uña bonita sin una cutícula cuidada. Si crece demasiado y muestra sequedad, el primer paso es aplicar un exfoliante químico que ayuda a eliminar las pieles muertas y luego aplicar un aceite. En contra de la creencia más popular de que lo mejor es empujarlas hacia abajo, Bastien Gonzalez, probablemente el mayor experto en la materia y pedicurista de cabecera de muchas celebrities (dicen que de Sarah Jessica Parker o Cate Blanchett) se muestra abiertamente contrario a esa práctica, “porque puede crear un espacio abierto, que facilita la acumulación de bacterias y hongos”. Él prefiere eliminar, con prudencia, el exceso de cutícula seca, pero sin dañar su base.

 

 

9 Color sí, pero… sin abusar. Lo dicho el color es un accesorio de uñas más, pero según Bastien Gonzalez, muchas mujeres lo aplican para camuflar imperfecciones y esconder su mal aspecto. Y puede que no le falte razón. Pero consciente también de que para la gran mayoría es un gesto de moda y lúdico, aconseja retirar la laca después de tres días y dejar al menos uno antes de volver a esmaltar. De lo contrario, tarde o temprano, la uña amarilleará. Y secreto de experto: “el pulido puede reemplazar al esmalte y potenciar el brillo y la vitalidad de la uña, sin dañarla”

10 No a los quietaesmaltes con acetona. Es verdad que este ingrediente hace más rápido, fácil y efectivo el proceso de retirada de la laca, pero también es cierto que tiene un elevado coste para la uña, debilitándola, pigmentándola y arruinando su brillo natural. Además, un consejo de uso: no frotar inmediatamente con el algodón empapado, porque así básicamente consigues manchar los dedos. Lo adecuado es presionar sobre la uña durante unos segundos para que gran parte del color se transfiera al algodón.