Larenses dejan de comer carne por su alto precio

Larenses dejan de comer carne por su alto precio

Comer carne se volvió todo un lujo para los larenses, quienes por su alto precio ven con recelo el alimento en los frigoríficos, pues la mayoría no tiene cómo pagar un kilo de carne a 400 o 500 mil bolívares, valor que en los últimos días ha aumentado sin control.

Por Daimar Díaz | LA PRENSA de Lara





100 mil bolívares de carne molida es lo que a menudo venden los carniceros, quienes comentan que desde que se disparó el precio de la carne los clientes sólo se acercan para preguntar precios, mientras que los que sí logran comprar sólo llevan pequeñas cantidades, que se ajusten al poco dinero que los acompaña.

“Los días de trabajo han estado muy flojos, las personas que se acercan sólo preguntan precio, y los que sí compran se llevan 100 mil bolívares de carne molida o dos bistec”, expresó Manuel Rojas, trabajador de un frigorífico.

Comer carne dos días a la semana es a lo que se han tenido que adaptar las familias, quienes buscan rendir la poca proteína animal que logran comprar con algún vegetal o simplemente disminuir las raciones por plato.

Solmaira Castillo, ama de casa, relata que en su casa dejaron de comer porciones individuales, ahora la poca carne que compra, la cocina como una especie de guiso para que pueda rendir para toda la familia.

“Compro bistec, lo pico en cuadritos y lo cocino con cebolla y tomate, porque así es la única manera de que todos podamos comer carne. Para comprar el kilo no me alcanza” , manifestó Castillo.

La asadura es la alternativa de los guaros, quienes buscan lo más económico ante la galopante inflación que vuelve más vulnerable su poder adquisitivo.

“Toca comprar asadura porque es lo que se adapta al presupuesto que tenemos”, expresó Óscar Ortiz.

Limitan pedidos a los mataderos

Ante las bajas ventas que han registrado los frigoríficos debido al alto costo de la carne, han tenido que reducir el numero de reses que solicitan a los mataderos para no reportar pérdidas.

Los carniceros comentan que al iniciar el año solían comprar entre 10 a 12 reses por semana, mientras que ahora con dificultad logran adquirir una cada dos o tres días.

“Para los fines de semana es que solicitamos a los mataderos dos o tres reses, pero la verdad es que poco se vende la carne, porque el precio tan caro que tiene no todos los pueden pagar”, expresó Deivis Bracho trabajador de un frigorífico.

Hasta cuatro días dura la carne para venderse en los frigoríficos, pues con el paso de los días el precio va variando según como cotice el dólar.

“Aunque es la misma res que tenemos debemos aumentar, porque al pedir otra a los mataderos la venden a precio nuevo”, manifestó Bracho.