Olga Hidalgo de Curiel: Reflexiones en Cuarentena

Un insistente llamado que presumo de buena fe para no contagiarnos del Covid 19.

!Santo y muy bueno! ¡Lávense las Manos! Alguien se inspiró en profundo e interpretó el humanista empeño en las redes, a mi juicio no sólo lavarnos las manos, aprovechar de limpiar nuestras malas inclinaciones, de la tendencia de hacer daño al otro, del morbo tóxico de descalificar al que distinto piensa, de usar la mentira  y la venganza como arma política y actuar dejando paso al resentimiento macerado que se convirtió en odio.; en resumen ser más humano, más genuino y auténtico no afecto al auto engaño.

 Cuando esta nube negra pase, porque pasará… habremos realizado una extraordinaria jornada de reflexión, habremos aprendido a cuestionarnos y por consiguiente la máscara que ha cubierto nuestro rostro caerá al suelo. En este reencontrarnos con nuestro YO interior en el encierro impuesto y sopesando actitudes, sin contravenir lo que antes dije de limpiarnos el alma; me he detenido en el derrumbe de las Instituciones Públicas y Privadas.





Los Órganos Constitucionales del Poder Soberano de la Nación pisoteados y ajustados al interés despótico del Régimen. Los Partidos Políticos garantes de la Democracia, desaparecidos de un plumazo, hechos trizas con la anuencia de quienes desde adentro esperaban la oportunidad para dar la herida mortal  a las instituciones partidistas poniendo en manos del Régimen en sus instancias ilegítimas las controversias internas para que vorazmente ejerciera su poder vengador y les complaciera dándoles lo apetecido y supuestamente con creces financieras y ubicación en listas de candidatos agradecer el favor. Es la habilidad de quienes doblegan y usan guante de seda para no dejar huellas y además de mecanismos en la compraventa de los genuflexos especie que abunda en estos tiempos. Los Partidos Políticos como pasiones y razones de combate por una Venezuela más grande y más justa. Pilares fundamentales de la Democracia. Conocimos ese esfuerzo. Hubo errores y nubarrones que no se ocultan ventilados a la luz de todos. A mansalva desde adentro las ambiciones de militantes que creíamos honestos y de una sola pieza hoy muestran su verdadero rostro, traficantes de la política, mercaderes de ocasión. Sería injusto o ciego negarlo la partidocracia dio un aporte a una conducción CIVILISTA de Venezuela que contribuyó a buenos espacios de tiempo de realizaciones positivas en lo material y de tranquilidad y paz social al pueblo Venezolano. Las Instituciones Privadas no escapan al drama presente y recurren a su reciedumbre y valores morales y éticos para que no los arrastre la IGNORANCIA, la MEDIOCRIDAD y la ESTUPIDEZ trío que marca la pauta en el momento.                           

Sin embargo vemos con tristeza qué hay quienes creen que doblegándose por migajas para no desaparecer de la marquesina publicitaria o de opinión dirigida por el Régimen, se arrodillan dejando atrás dignidad y valía de lo que representan; Se desesperan porque piensan que pueden ser pulverizados y comienzan a dar pasos en falso. Así vemos mediatizado a quienes pierden la visión y buscan renombre y fama que mañana no resistirá un análisis de laboratorio. En tiempos críticos como estos hay que pensar que las INSTITUCIONES SON LA PERMANENCIA. Cuando los individuos se agrupan en torno de la idea directriz, tienen que posponer su egoísmo individual, el culto a su imagen sedienta de ser tomada en cuenta, en pro de ese bien común que representa la idea objetiva a la cual se adhiere y encarnarla con transparencia; entendiendo que se es parte de una organización institucional que se sustenta en principios que están escritos y se registran con todas las de la Ley, que son base real de compromiso puro que no admite enmiendas y debe respetarse. Quienes forman parte de una Institución no pueden servir a intereses ajenos a la misma, ya que los aventureros que nadan en todas las aguas prevalidos de poder manosean y degradan.                                     

Las Instituciones de la Comunidad no desmentirán sus objetivos, dan lecciones de dignidad y decoro y ponen a prueba a quienes le dirigen inmunes a las promesas lisonjeras que al final destruyen los cimientos que le dieron vida invocados por personas que a veces ya no están pero que fueron testimonio de bien, de decencia y pulcritud en la comunidad.

Triste realidad la que nos toca vivir y me atrevo a decir, los que no tienen escrúpulos, que les interesa el poder para mandar y disfrutar, conocen a quien pueden llegarle y a quien no para sus propuestas indecorosas. Quien tiene debilidad en las rodillas cae y vende la primogenitura por una lata de pintura o por muchos billetes verdes que satanizan cuando es preciso pero que se guardan en los paraísos fiscales.