La pandemia golpea el bolsillos de los trabajadores del sector privado

La angustia embarga a los trabajadores del sector privado de Lara, tras los recortes salariales que tanto transnacionales como medianas y pequeñas empresas han aplicado tras contabilizarse más de 100 días de cuarentena.

Ana Uzcátegui | LA PRENSA de Lara





Sindicatos advierten que algunas industrias se encuentran operando con menos del 20% de su personal, manteniendo al resto de la nómina en sus hogares con sueldos tan empobrecidos que no les alcanza ni para hacer un mercado de tres días.

“Los empleados que en marzo estaban estables sobreviviendo con sueldos por encima del mínimo, ahora están recurriendo a la economía informal como una medida desesperada para matar el hambre”, alertó Héctor Contreras, vocero de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV).

Desde la Asociación Nacional de Empleados (ANDE), informaron que las empresas de fabricación y transporte de licores en la entidad, están en bancarrota, por tener más de tres meses paralizadas.

“Es un sector que no ha sido considerado en las semanas de flexibilización y la única solución rápida que han tomado sus gerentes es inscribir la nómina de sus trabajadores en el Sistema Patria para que el gobierno asuma los salarios”, contó Porfirio Carpio, secretario general de este sindicato. El monto que les pagan a través de este sistema es sueldo mínimo, es decir 800 mil bolívares al mes con los que una persona se podría comprar tan sólo un kilo de carne para sobrevivir 30 días.

“La medida la están aplicando las pequeñas fábricas o esas empresas que se mantenían a flote con 15 trabajadores, porque ya estaban golpeadas por la drástica caída del consumo”, resaltó Carpio. Las tiendas por departamento son otro sector forzado a aplicar desmejoras salariales. “Grandes cadenas de ropa y calzado están con la soga al cuello, abrieron una semana antes de la radicalización, y aunque están buscando estrategias como la entrega de pedidos a domicilio, el personal denuncia que sólo están recibiendo bonificaciones aquellas personas que son llamadas a laborar, es decir menos del 15% del personal”, resaltó.

Violan la ley

Según Julio César Morales, abogado laboral y representante de la Alianza Sindical Independiente, aunque se mantiene la inamovilidad laboral, los bajos salarios hace que muchos trabajadores decidan renunciar en plena cuarentena.

“Hay empresas de las zonas industriales que tienen una convención colectiva que han dejado de cumplir, con este parón económico la pérdida de beneficios se ha incrementado. Los sueldos no superan el millón 500 mil bolívares mensuales, se han descartado los ajustes en los tabuladores aunque la hiperinflación siga galopante, y lo más grave, están aplicando discriminación laboral, porque algunas industrias llaman a 15 o 25 trabajadores a que se incorporen a los turnos de producción, pero no le informan al resto de personal por qué no están siendo tomados en cuenta, ni gozan de los mismos bonos de productividad que los que están cumpliendo una jornada de ocho horas diarias”, denunció.

El jurista sostiene que las restricciones de movilidad por la pandemia deja a la fuerza laboral en estado de vulnerabilidad. “No pueden apelar a la libre protesta de calle e incluso hasta la Inspectoría del Trabajo ha permanecido cerrada en semanas donde el gobierno ha decretado la radicalización de la cuarentena”, aseguró.

Están en jaque

Héctor Contreras, también representante del Sindicato de la Construcción, informó que más de la mitad de la mano de obra del sector no ha sido llamado a reactivar operaciones en contratistas privadas. “Si antes del 16 de marzo habían ocho obras activas en Barquisimeto, tan sólo han arrancado seis y a medidas. Además de la falta de inversión, fallan los servicios públicos como agua y electricidad indispensable para ejecutar cualquier construcción, la escasez de insumos también es una limitante”, refirió.

Asegura que desde ingenieros civiles hasta albañiles han decidido salir a la calle a vender sus pertenencias de valor o víveres para aguantar la crisis. “Se percibe en la ciudad el incremento de ventas de granos, chucherías, objetos y ropa usada. Aflora la creatividad y los buhoneros en esta pandemia”, comentó Contreras.

Los sectores priorizados tampoco se salvan, Julio César Morales comunicó que grandes industrias que se dedican a la producción de detergentes han disminuido sus turnos laborales en estos últimos tres meses. “Antes laboraban 24 horas diarias, ahora cumplen uno o dos turnos, eliminando las operaciones nocturnas. Suelen ser empresas que han visto mermadas sus ventas por la fuerte competencia de marcas extranjeras que llenan los anaqueles del país, que aunque son productos de mala calidad la gente termina comprándolos porque son más baratos que los hechos en Venezuela. Esas nóminas las están absorbiendo algunas trasnacionales, que mantienen ciertos beneficios como entrega de cesta con productos que fabrican una vez al mes, o pagan bonos de compensación salarial, pero aún así, los trabajadores se quejan porque viven muy recortados económicamente, sin satisfacer sus necesidades básicas.

Frank Piña, secretario del sindicato de la Kraft, precisó que debido a los bajos salarios más de 350 trabajadores en los últimos dos años han abandonado sus puestos de trabajo. “En medio de la cuarentena esta empresa no ha sido solidaria con sus trabajadores otorgando sueldos justos que permitan progresar”, aseveró.